El cuerpo es cuerpo y como tal ya significa mucho
Artista destacado en portadas Fotografías y videos por Tahia Muñoz Jiménez Por Isadora Arenas
Felipe Andrés Ramos Muñoz, artistas circense (Rueda Alemana, Mano a Mano y Banquinas) egresado en 2017 de la Escuela de Artes Circenses de El Circo del Mundo (7ma generación), además de ser Técnico Escénico, instalador certificado de líneas de vida y puntos de anclaje (normativa EN795:2012) de la Escuela Nacional de Trabajos en Altura, quien actualmente está trabajando como técnico en el proyecto “Circo Antropológico: danza vertical basada en la invisible historia de los esclavos chinos en las guaneras de Tarapacá”, en Iquique, a cargo del diseño, montaje y manipulación de sistemas para danza vertical en roca.
¿Cómo llegaste al mundo del circo?
Llegué por casualidad, como a los catorce, en Santiago con mucho tiempo libre vi en la tele un programa donde enseñaban a hacer malabares con pelotitas… Empecé a practicar y me quedé pegado, cuando volví a San Javier (Talca) uno de mis mejores amigos había aprendido en la plaza… Partimos jugando y no paramos más. Después conocí la tela y compartí con los amigos de Talca, actualmente la compañía Hágase payasito… Finalmente estuve un rato estudiando en la Universidad y me salí pensando en dedicarme al circo, ahí conocí la Escuela de El Circo del Mundo y comencé el proceso de la escuela que duró tres años. Desde entonces he estado trabajando de forma independiente en espectáculos, montajes, musicales y festivales.
¿Cómo definirías tu proyecto artístico, posees referentes?
Siento que a ratos es difícil enfocarse netamente a la creación porque de la nada, en el afán de producir, se llenan los tiempos de cosas que no siempre son las más fieles a ese deseo de crear. Pensando el circo principalmente como herramienta de comunicación o expresión, como canal capaz de transmitir un mensaje poderoso.
El espectáculo de “La Celebración o el Drama del Paraíso” me marcó, fundamentalmente desde el trabajo con la directora Camila Osorio en el cual pensamos el circo como una escena repleta de interpretación real, donde el trabajo interpretativo surge desde la auto lectura del cuerpo, entonces el desafío está en tornar ese material hacia la construcción de argumentos que construyen el espectáculo. Así nació para el número individual, un trabajo basado en el poema “La Palabra” de Stella Díaz Varín. Pienso que ahí aparecen mis referentes o líneas: me gusta la poesía y su declamación en escena; La Stella Díaz, Mauricio Redolés, de quien utilizamos el poema No era Cecilia, también declamado en escena, para el número Cecilia (Llevado a Brasil junto a su dupla Alexis), en el cual nos planteamos desde la posición de dos homosexuales de izquierda muertos en dictadura, o también Jorge Teillier y Roberto Bolaño, de alguna manera siempre han estado presentes en mi imaginario a la hora de crear.
Pienso que el circo tiene un potencial tremendo a la hora de transmitir no sólo virtuosismo (sin quitarle importancia, claro), sino también cuestionar y ojalá increpar a lxs espectadorxs sobre las cosas que nos pasan, tanto a nivel personal como social o político.
¿Qué experiencias te han marcado a nivel artístico con respecto al circo?
En términos de dirección, han influido enormemente personas como Camila Osorio, Alain Veilleux y Luciana Mosca con quienes he compartido en la creación bajo su visión externa, generalmente desde dinámicas de creación muy horizontales y también necesariamente desafiantes. Esto deriva de mi paso en la Escuela de El Circo del mundo, que sin duda aportó en mi formación como artista y me dio herramientas para desenvolverme de forma independiente. En lo creativo pienso que mucho de lo que hacemos nos construye. Crecí en un ambiente totalmente distinto al que habito hoy: moral, privativo y prejuicioso. De pronto una de las cosas que más ha marcado mi imaginario tiene que ver con Dios y su mundo ficticio. Salir de ahí fue complejo y pienso que las contradicciones, falacias, historias y normas de ese mundo es un lugar escénicamente muy interesante y con mucho material.
¿Cuáles son tus aspiraciones con respecto al arte circense?
Espero un circo más combativo, que se atreva a increpar al público y no se quede sólo en mostrar su virtuosismo, me parece maravilloso el avance de la técnica en Chile, hoy se realizan cosas que hace un tiempo eran meros sueños, pero siento que sería bonito que se creciera también en términos de contenido o trasfondo de los espectáculos y creaciones.
“Ojalá pudiéramos no solo hablar de circo tradicional, nuevo circo y circo social, sino también de circo político, circo educativo, experimental, trans, y un largo y diverso etc.”
¿Cómo ha influido la pandemia en tus quehaceres artísticos?
Claro que ha influido, este suceso ha dejado en evidencia el tremendo abandono en el que se encuentran los sectores culturales en el país. Desde las masivas porciones de intérpretes, técnicxs y pedagogos circenses sin planes de salud, hasta la barbarie ministerial de exponernos a la competencia por fondos concursables de “emergencia”. El quehacer artístico implica mucho más que sólo presentar, desde ese lugar pienso que mi atención está puesta en los aprendizajes anexos que se han generado respecto a nuevos formatos o conocimientos que indudablemente influyen en la creación presente y futura.
Porfío en la necesidad de un circo más combativo, claro en el rol potencialmente cuestionador e increpante de la escena que habita”.
El Cuerpo
¿Tiene el cuerpo un rol principal en el hacer y/o ejecutar?
El circo es un lugar principalmente corporal (Entendiendo al cuerpo como ente más allá de la carne, sino también como pensamiento activo y espiritualidad). La persona circense tiene la capacidad de habitar el espacio escénico (que es también su vida, su día día) desde perspectivas tremendamente interesantes y de pronto distintas a lo que socialmente existe como relación con el cuerpo. Entonces “hacer circo” en relación al cuerpo es un vivir(se) cotidianamente en el reconocimiento de una corporalidad extra cotidiana.
“Existimos en una sociedad que intenta definirnos y enfrascarnos en cánones y estereotipos colonizadores y capitalizados tremendamente innecesarios. Recuerdo un profesor que decía que mis compañeros y yo no éramos portores porque nos faltaba estatura… Es extraña la dicotomía que se genera a veces en el circo, donde supuestamente se está en un espacio de diversidad, pero que aún clasifica o distribuye roles en base a corporalidades, estaturas o género. Si bien se ha avanzado en términos de aceptar que todas las corporalidades son diferentes y reaccionan – y se relacionan- de formas distintas con el medio, sin duda queda aún un largo camino por recorrer”.
¿Es un punto de inflexión la corporalidad al momento de crear o llevar a cabo tu disciplina?
Lo es desde la importancia de hablarlo en escena, de preguntarnos junto a lxs espectadorxs sobre la relación que ejercemos con nuestro cuerpo, de cómo lo miramos y cómo lo vemos, de cómo lo utilizamos, su significado en escena, cómo es mirado desde el exterior, cómo es también y a veces sin darnos cuenta, utilizado. Desde qué aspectos se controla desde el Estado, la moral o la sociedad, de qué formas se coarta, se define y cómo nos liberamos de ello… En estricto rigor, mi técnica “especialidad” de la escuela es la rueda alemana, disciplina mayoritariamente femenina en la gimnasia. Luego en la banquina o el mano a mano, aparece el cuestionamiento sobre los cuerpos masculinos y femeninos y sus roles como portor y volante o su visión desde la contextura física o relaciones de peso. Seguidamente el rubro técnico es mayoritariamente masculino y a las compañeras les cuesta más validarse… Son todas predisposiciones totalmente innecesarias.
El circo es lo suficientemente amplio como para que cualquiera lo aborde desde el cuerpo que tiene, con eso debería bastar y punto”.
Felipe es enfático al decir que no debiesen existir cánones corporales dentro del mundo del circo: “Es necesario avanzar hacia un circo donde cada quien haga lo que quiera con su cuerpo, abordando la creación y la técnica desde donde se sienta cómodx dentro de los límites que quiera establecerse respecto a la relación que tenga con su corporalidad”.
Respecto a las presiones impuestas por las personas inmersas en la cultura circense Ramos aclara: “Creo que están presentes de formas diversas tanto explícita como implícitamente, desde el momento en que existen pre-conceptos de cómo debería ser cada cuerpo según la disciplina que se practica, hasta el lugar donde yo mismx me cuestiono sobre la forma en que los lxs otrxs ven mi cuerpo. Para mí de todas maneras es un trabajo constante enfrentarme a esas presiones para sacarlas del camino, porque son sólo frenos que nos impiden habitarnos”.
¿El cuerpo es una herramienta o un medio? ¿Cómo lo definirías?
David Le Breton centra el texto “La sociología del cuerpo” (1992).desde la perspectiva de la corporalidad humana (…) “Como fenómeno social y cultural, como materia simbólica, como objeto de representación y de imaginación”. Luego refiere que “Las acciones que tejen la trama de la vida cotidiana -incluyendo desde las más inútiles o inaprensibles hasta las que se desarrollan por entero en el escenario público- implican la participación de lo corporal, aunque solo sea por la mera actividad de percepción que se despliega en cada momento y que permite ver, oír, saborear, oler, tocar … y, por lo tanto, atribuir significados específicos al mundo que le rodea.” Nuestro cuerpo existe en dimensiones mucho más amplias que lo meramente físico, luego entenderlo como una totalidad cargada de significados nos ayuda a posicionarlo escénicamente como ente tremendamente poderoso al momento de querer expresar no solo ideas, sino también contextos. Desde ahí no siento la necesidad de encasillarlo en una definición absoluta respecto a si es herramienta, medio, fin o cualquier otra cosa. El cuerpo es cuerpo y como tal ya significa mucho.
Pienso que siendo el circo una existencia tan corporal, tan parida a cada momento desde el cuerpo, tenemos la responsabilidad de llevar esta corporalidad labrada por el equilibrio precario de la acrobacia, la destreza y el vértigo, a lugares más allá que estos mismos por sí solos. Siendo prácticamente imposible desligar al cuerpo de su peso y significancia política, la excesiva preocupación por el virtuosismo hace quedar en segundo o último plano la tremenda envergadura expresiva de la corporalidad. No quiero con esto desmerecer la técnica que para algunxs es elemento definitorio del circo, quiero decir que es tremendamente necesario, sobre todo en los complejos contextos que vivimos hoy en día como país, donde existen presxs políticos de una dictadura camuflada, femicidios, homofobia e innumerables tipos de discriminación, nuestro cuerpo escénico sólo muestre el lado hermoso de una acrobacia. La acrobacia más difícil la hacen hoy quienes resisten desde el cuerpo”.
Conoce más sobre Felipe Ramos
Presentaciones como artista: Gira nacional “Koreto” (El Circo del Mundo), Gira regional y nacional “La Sangre de la Tierra” (El Circo del Mundo), “La celebración o el drama del paraíso” (Egreso El Circo del Mundo), participación junto a la Compañía 3,2,1 en festivales como Valparaíso circo, I festival de circo en la Patagonia (Punta Arenas), Festival sol y circo (Iquique), Festival Jallalla Circo (Arica), Seminario latinoamericano de acrobacia grupal (instancia formativa y creación de espectáculo), Valparaíso. Dúo de mano a mano “Alexis y Felipe”: Festival Valparaíso circo, Festival internacional Diamantino de Circo (Brasil). Como técnico: Koreto, La Sangre de la Tierra, El principito Circo. Encargado técnico de montaje en Convención Nacional de Circo, Convención de Punta Arenas, Festival Jallalla Circo, I Festival de Circo en Patagonia. Instagram @felipe.ruedaalemana Mail Felipe.ruedaalemana@gmail.com Video Descarga aquí la versión PDF