El Realismo Grotesco & sus Cuerpos Mutantes

Por Serrana Cabrera, Uruguay

 

Esa sutil palabra llamada cuerpo que nos define tangiblemente como materia, es un consenso de la especie humana que remite a lo que nuestros sentidos – distorsionados o no-  describen culturalmente en un tiempo y contexto dado. Siempre que haya una concepción dominante – en este caso el cuerpo viril, biológico, sexuado- será respecto a otras concepciones que se desvalorizarán, se resignificarán o se perseguirán, porque todo lo diverso, se escapa del orden, de la regla, del control, del poder.  Para comprenderlo debemos pensar que las influencias biologizantes datan desde la tradición griega, donde la estética y el desarrollo físico eran un medio para integrarse a las actividades de defensa y preparación para la guerra. Siguiendo a Pradillo P.

…al mismo tiempo que la cultura, la medicina o las artes ensalzaban el cuerpo, en la búsqueda de cierto ideal de perfección, finalmente la Filosofía impone su hegemonía, ya desde Homero, quien sostiene una visión negativa del mismo, realzada más tarde por Platón, para quien existe un alma superior, racional y otra inferior, animal. El cuerpo sería la tumba o prisión de un alma caída como consecuencia del pecado (2000:176- 177).

Aristóteles hablará del cuerpo como “instrumento al servicio del alma” dividiendo a la vida misma en cuerpo-alma. En el medioevo, Tomás de Aquino (1225-1274 D.C.), considera que “el hombre integral será un cuerpo encarnado por un alma…ninguno preexiste al otro”, mientras otras corrientes culpabilizan al cuerpo como herejía manifestando que durante los siglos XII-XIII aún no era el sexo el símbolo del pecado, sino la enfermedad y la deformidad… la aversión hacia el cuerpo estaba originada por la putrefacción que contiene y que finalmente se manifestará en la sepultura…existían cultos de veneración al cuerpo…innumerables descuartizaciones de los cuerpos de los santos para repartir sus reliquiasa modo de fetiches. (2000: 179-182)

 

El culto por lo grotesco fue una manifestación de la cultura popular medieval. En la literatura surgió el género llamado realismo grotesco que a través de  un lenguaje grosero se burlaba de la moral aristócrata y noble. Sátiras como Gargantúa y Pantagruel, de Francois Ravelais, a través de un humor irónico mostraban aspectos de la sociedad como la gula y los excesos.  Por las ferias de calle se presentaban personajes acróbatas  cuyos cuerpos mutaban, tomando formas de animales, entrelazándose para componer intrincadas figuras, y cuya exhibición  con vestimentas ajustadas, delineaba  curvas y voluptuosidades naturalmente; la  inversión topográfica de posiciones corporales anatómicamente aceptadas,  exaltaba ese universo gestual provocando sentimientos y sensaciones  de repulsión tanto como de fascinación por lo anormal, siendo reflejo de la sociedad  exacerbada, excéntrica de la Edad Media y el Renacimiento.

En el realismo grotesco, de acuerdo a Carmen Soares, el aspecto corporal está ligado al aspecto cósmico, donde lo alto, el cielo, está representado por el rostro; y lo bajo, la tierra; por los órganos genitales. Al invertirse, parando de manos y contorsionando sus miembros, se cambia el orden universal. “…la vida pasa por todos los estadios, desde los inferiores inertes y primitivos, hasta los más móviles y espiritualizados…al unir lo que se excluye, al acercar lo que está distante, van a violar las nociones habituales…lo grotesco artístico se asemeja a lo paradójico lógico (1998: 27)

Sincrónicamente la Iglesia, desvirtuaba“lo bajo”, por asemejarse al infierno, a las tentaciones, aunque paradójicamente, según  Pradillo P. hay datos que revelan un fuerte contenido erótico ”…en las postrimerías de la Edad Media, donde se hacía un culto al santo prepucio de Jesús” (2000:184) o donde algunas místicas revelaban haber sido penetradas por Cristo, o “bebido su miel”.

 

 

De aquí se desprende la unión del cuerpo –mujer, con el pecado original. El cuerpo de acróbatas en constante nomadismo, en permanente contorsión o inversión, despertaba la risa, el temor, y sobre todo representaba la libertad, desde su gestualidad. Poner en escena el cuerpo desafiaba el orden establecido, en sociedades donde la mujer fue tratada como un aparato reproductor de la especie. Su docilidad y dependencia llegó a ser objeto de manipulación hasta en su forma de vestir, encerrada en corsés que delineaban una cintura donde la respiración se acotaba, los movimientos se apaciguaban y el solo hecho de colocarse esta prenda  requería de otra persona que lo ajustara por la espalda, como verdadero acto de sumisión. La idea de feminidad se iría correspondiendo con la idea de debilidad.

 

Cuerpos moldeados, encarcelados en prendas complejas que cambiaban la disposición de los órganos internos, así como las enjaulaban en estructuras llamadas miriñaques.

 

“…la opresión corporal refleja los condicionamientos que pesan sobre la vida de la mujer (…). En ella se han ido implicando valores que han decidido el rol social que debería cumplir, y estos valores como construcción simbólica han tenido mucho que ver con la mirada masculina y la forma como ésta construye a la mujer como objeto de deseo y contemplación, a la vez que como un sujeto-objeto que debe ser domesticado para aplacar la esencial malignidad tentadora de su físico”. (CCE, 2007)

 

A lo largo del     tiempo el circo ha albergado las variedades más elocuentes respecto al cuerpo, exhibiendo las contradicciones y los imposibles de la vida como una paradoja permitida. Su extravagancia, el ilusionismo, el asombro y el riesgo son características que hacen su esencia, despertando una sensibilidad inesperada en cada obra, tanto para sus espectadores, como para sus artistas.

 

Según Ana M. Silva, la especie humana permanece constituyéndose a partir de un conjunto de experiencias que se construyen en el cuerpo, a partir del cuerpo y por medio del cuerpo” (2005:19)

Exponentes del circo contemporáneo mantienen vivo este lenguaje que se torna atemporal, en este ciclo que nunca será lineal, o predecible. Lo que es arriba puede ser abajo, lo que es en un sentido, puede devenir en otros, el binarismo es una forma de percibir el mundo, como tantas otras hay.

 

 

 

Hablemos de cuerpo como construcción cultural, como concepto polisémico, imbuido de significados y significantes, incluso en una misma cultura, en un mismo tiempo. Tensionemos sus discursos, porque no hay mayor revolución que la expresión, ni mayor lenguaje que aquel que no se calla, y a la vez se reinventa dando nuevas oportunidades a su transitar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuerpos…cuerpas, palabras que van y vienen y en ese devenir amplifican las miradas, quiebran esquemas y preconceptos. Reconozcamos la diversidad, quitemos jaulas y tabúes, valoremos la vida. Soy tu espejo, soy porque somos.

 

 

 

 

Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir a la voz no hay quien la pare.

 Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos,o por los poros.

Porque todos, toditos tenemos algo que decir a los demás

alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada”

Eduardo Galeano, Celebración de la voz humana.

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BIBLIOGRAFÍA
Silva A.M., Damiani I.R. (2005), Práticas Corporais Gênese de um movimento investigativo em Educação Física.Florianópolis, Brasil: Floriprint.
Soares, L. (1998). Imagens da Educação no corpo. Estudio a partir da Gimnástica Francesa no século XIX. Colecao Educacao contemporánea, Santa Catarina, Brasil: Autores Asociados, Unicamp.
Pradillo P. (2000). Fragmentos para una antropología de la actividad física, Madrid, España: Paidotribo.
ARTISTAS
Fernanda Ledesma (Argentina- Chile) Contorsionista, acróbata aérea.
Incongruen-tres (Uruguay): Agustina López, Stella Peña, Camila Rodriguez. Acróbatas.
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