Pensar y reflexionar: Análisis de la economía creativa
Junto a Leonardo Ordóñez Y Francisco Alvarado
A un año del inicio de la pandemia, el sector creativo/cultural/entretención ha sido uno de los más afectados. Rezagado de medidas concretas y políticas públicas que solventen y reactiven la crisis económica para las culturas, aún sigue siendo incierta la incorporación de estas a una actividad “normal” periódica, teniendo que reinventarse o actualizarse de rápida manera para subsistir, o simplemente cambiar de rubros. La industria circense está cambiando y con ello la industria cultural.
Leonardo Ordóñez (LO), Gerente de Santiago Creativo, Administrador Público y Gestor Cultural, junto a Francisco Alvarado (FA), Artista Circense, Productor y Coordinador Artístico de El Circo del Mundo, conversan y reflexionan sobre la Industria Cultural Circense actual, una mirada al futuro, la pandemia y la nueva constitución. ¿Será la pandemia una oportunidad económica?, ¿existe en Chile una industria real de nuevo circo?, ¿Estará contemplada la cultura en la nueva constitución?
LO: Lo primero es definir conceptos importantes, la Economía es una ciencia social que se dedica a observar y generar ideas, un bienes o servicios a la cadena de valor de cualquier sector, pasando por la producción, la postproducción, distribución y comercialización, para satisfacer necesidades humanas. Existe la economía del turismo, de la metalmecánica, la economía de la ganadería, farmacéuticas, etc. Todo lo que dice relación con el proceso de llevar un bien o servicio a satisfacer las necesidades humanas, en definitiva, eso genera economía. La cultura es lo mismo, según el lugar productivo de la cultura, en cuanto a fomento artístico se trata.
Si lo llevamos al arte, la producción de contenidos artísticos genera economía, ese proceso tanto como la producción del contenido, la creación de la idea hasta la puesta en valor por la ciudadanía, hace que se hable de economía cultural, ¿cuál es la diferencia? El proceso de satisfacción de las necesidades humanas, no es solamente el hecho de querer pagar una entrada al circo, sino que es la experiencia que se transforma en algo inolvidable que puede ayudar a satisfacer necesidades imperceptibles, ayudando al espectador a pensar y reflexionar con otras posibilidades, compartir problemas, soluciones o alegrías, o generar colectivo, sociedad, que están intrínsecas en el pago de un ticket. Desde ahí se genera economía de la cultura. Todos esos procesos son analizados e investigados por los economistas y se transforman en política pública, por el efecto multiplicador que tiene.
Antiguamente en la era industrial, ahora postindustrial (yo creo que con esta pandemia se va a terminar esta era y va a comenzar la era del conocimiento, la era de la Economía Creativa) después de la segunda guerra se destruyó todo en Europa y tuvieron que levantar todo, detrás de eso hubo que recomponer el tejido social, entonces de una u otra manera, tienen arraigado el vivir en cultura, vivir con mejor educación, vivir en comunidad, tomar mejores políticas públicas por el buen vivir, ya lo tienen incorporado. La era industrial fue a costa de explotar a los trabajadores y al recurso humano, ese impacto negativo que tiene el concepto de industria es lo que más ha calado en América latina, inclusivo en Chile, reforzado con la dictadura.
Una industria es un conjunto de empresas que hacen posible la economía.
¿Existe propiamente tal una industria circense del nuevo circo en Chile?
FA: El circo tradicional ya es propiamente una industria, por sí solo es una mega industria. Lo que logran facturar en septiembre no existe ningún otro arte escénico que lo logre, no existe. Si lo llevamos al nuevo circo, las dos últimas décadas se empieza a instalar el concepto de Industria Creativa en productoras de eventos, bajo la necesidad de tener un contenido similar a lo que la gente reconocía como Cirque du Soleil, y eso pasó a ser un ingrediente más en los eventos. Como dice Leo, uno pasa a ser parte de un sistema que ya existe, y uno genera empleabilidad y oficio.
De manera local, El Circo del Mundo desarrolla un modelo comercial o de negocio, tiene como objetivo generar recursos para la organización, para sus otras misiones, como la Escuela. Los productos y servicios que cumplen la necesidad de los eventos, parte ahí. Se genera una marca, la gente te reconoce y se va creando empleabilidad. Si bien es un arte emergente, el nuevo circo en comparación a la danza o al teatro, nosotros sabemos que las personas que se dedican a esto profesionalmente, viven del circo, pueden vivir como profesor o intérprete. Eso le da un gran valor.
LO: El circo tradicional en sí mismo es una industria, tiene una puesta en valor asociado al mes de septiembre, en términos culturales y patrimoniales, y van de gira por todo Chile, pero ellos saben su forma de administrar y gestionar. Tienen rasgos de empresas evidentes, administración de recursos humanos, pago de sueldos, invertir en infraestructura, gastos que cubrir. La herencia del circo tradicional al nuevo circo, según la experiencia que quieran generar, el uso del espacio público, por ejemplo, ya no es necesario el uso de una carpa para sentir que estar en el circo, eso depende de la puesta en valor del contenido creado. La producción al servicio de los espectadores, inclusive puedes grabarlo y transformarlo en material audiovisual, la gente en digital también puede obtener una experiencia de circo, eso requiere una organización de la compañía, requiere estrategia y modelo de negocios. La sumatoria de compañías que quieran vivir de ello van a formar una industria.
En el caso del cine, hay miles de proyectos, empresas productoras que antes Chile no tenía, hoy tenemos más de 25 empresas de contenidos de cine, que no se dedican solamente a la publicidad, sino también a la creación de contenidos. Esas empresas no estaban. La palabra industria suena grande, pero si la industria son 25 empresas, son 25. Es lo que, en democracia, a mucha honra, hemos podido crear. El Nuevo circo chileno, el circo contemporáneo es desde la democracia, no es antiguo, en comparación al tradicional.
FA: A partir del circo tradicional, ahí está súper instalado, son empresas de entretenimiento muy definidas, son negocios familiares, y ahí el tema de los clanes se mantiene.
En contexto, el nuevo circo no tiene esa madurez todavía, son 25 años de formación donde, nosotros como Escuela de Artes Circenses, recibimos alumnos cada vez mejor preparados y entregamos profesionales, pero todavía falta entender que exista esta industria de nuevo circo. También existe una diferencia más allá del entretenimiento y contenido, que es otro modelo, aunque sea circo, el nuevo circo no es familiar, viene desde otro contexto, no se articulan empresas para el lucro, como toda arte escénica hay una motivación más artística, de crecimiento y desarrollo de contenidos, más allá de lo comercial y por eso cuesta. Estamos más cerca de los fondos concursables o a subvenciones, lo que inhibe o atrofia un poco a la industria.
LO: Ese punto es muy importante, obedece al estado del arte de la situación del circo chileno que, a partir de la formación de nuevos talentos, va surgiendo la necesidad de querer vivir del circo. A eso le falta la sostenibilidad, porque como no existen compañías que contraten directamente a sus talentos y con la pandemia vimos que grandes empresas quebraron, tal vez resurjan nuevamente a través de otra experiencia o a lo mejor con menos artistas o experiencia digital, no lo sabemos.
Las experiencias presenciales en Chile, en la situación en la que se está, requieren formación en el emprender para esos talentos. No podemos pedir a los alumnos egresados de artes circenses que después den la PSU/PTU e ingresen a ingeniería comercial para egresar como emprendedores y fomentar la industria. Necesitamos generar una buena industria sana, de compañías de artes circenses, y para eso hay que ayudar y enseñarles a esos talentos lo que significa emprender. Cuando los artistas comprendan que emprender es una necesidad humana y un derecho humano, como migrar o comer o a la cultura, cuando se comprenda el derecho de querer vivir de una actividad económica que salga de la necesidad imperiosa de querer sostener y ser sus propios empleadores, eso significa emprender, y que el esfuerzo constante te convierte en emprendedor o empresario, de la actividad de dirigir o formar parte de una compañía, y en conjunto se forma la empresa que produce contenidos artísticos, que requiere de seguros de salud en caso de accidentes, trabajar cuidando el cuerpo, tener alianzas con establecimientos de salud, trabajar en lo colectivo y que esa empresa o establecimiento “compañía de circo” es capaz de entregar beneficios que el artista que por sí solo no se puede dar, pero a la vez comprender que sin ellos no existe la producción. Esa experiencia hay que cuidar. Comprender el rol de la actividad circense.
Chile debiese poner ojo en la creación de nuevas compañías y crear una política pública definida y avalada para acompañar a esos talentos, porque no van a poder estudiar ingeniería comercial para incluir las variables duras y conocimientos de proyección, porque ellos necesitan vivir hoy, entonces mientras más posibilidades tengamos como país, con una política pública sostenida, de poder entregar herramientas de acompañamiento para cómo formar una compañía o administrar una empresa cultural, cómo hacer estrategias para la compañía y que nazca de ellos, porque hay profesionales que se dedican a acompañar, que tienen experiencias, que aman y comprenden lo intangible.
Nosotros lo vivimos en el proceso de acompañamiento a El Circo del Mundo, cuando nació la idea de que el circo produjera algo y se abre una pequeña unidad de producción, incluso para que los propios alumnos que egresan de El Circo del Mundo, vean la producción.
FA: Ahí pasó algo súper interesante, el proceso con Santiago Creativo nos pone sobre un escenario diferente, veníamos con un lenguaje desde proveedor, desde la industria del entretenimiento y eventos, pero desde la propia industria circense nosotros estábamos carentes de elenco, éramos una escuela que no teníamos elenco, no generamos contenidos propios, solo generamos los contenidos de los alumnos, y ese fue un proceso de invitación, de tomarse el diseño y crear.
Todo este acompañamiento a los artistas es interesante, pero a medida que en Chile no haya un circuito, me da la sensación de que no hay industria del nuevo circo. Hay compañías que viajan, pero no hay un circuito fuerte para decir “Voy a formar una compañía”. En mi experiencia, la mayoría de los alumnos que egresan, más allá de crear una compañía, prefieren seguir perfeccionalizandose, se motivan a estudiar afuera, la itinerancia está en el ADN, pocos se han conformado como compañía.
Hasta hace poco era “Aprendí un truco y domino esa técnica” pero no había de parte del intérprete la idea de hacer vivir la experiencia al espectador y eso ha ido cambiando.
El desarrollo del nuevo circo ha ido de la mano del pensar y reflexionar, pero se había olvidado que la experiencia es también del público, no solo del artista. Se produce una relación y creo que es parte de la magia, que nosotros como creadores debemos hacer sentir al público y eso creo que recién está empezando. Eso va a ayudar a que haya una mayor cantidad de contenidos.
LO: Es muy importante lo que estás diciendo, porque a partir de eso que tu observas es que ha habido un proceso de transformación en estos 20 años, ha habido una pasión por querer dedicarse al circo contemporáneo y a medida que van egresando, la modernidad, la necesidad y los deseos de esos artistas van requiriendo de otras necesidades, de crear una experiencia, de un diálogo con el espectador. En esa misma sintonía, te comento lo que podría pasar en el futuro con el circo contemporáneo si comenzamos hoy a adelantar el terreno. Desde la pandemia y en el futuro, la experiencia presencial va a cobrar tanto o más valor que todo el impulso vital que estamos teniendo hoy en día. Siempre es mejor lo presencial, pero también nos dimos cuenta que funciona en lo digital, nos estamos entregando a esa experiencia, pero no es reemplazable.
En cuanto a las actividades artísticas escénicas, los artistas de circo si no aprovechan la oportunidad que la vida está presentando de prepararse para poder generar estrategias paras sus compañías para la sostenibilidad de esos emprendimientos a futuro, si no los educamos o acompañamos hoy, va a ser muy difícil que esas personas en 20 años se mantengan en sus compañías. La idea es mantenerse y se proyecten, no que se diluyan, porque eso hace que no exista el sector del circo contemporáneo como tal. El país debiese impulsar que existan pequeñas compañías de circo, y que estas se vayan diferenciando por los contenidos, pero que sostengan el trabajo, las necesarias para ser estables, como lo es en el cine, 25 estables.
FA: Pero en el cine hay un fomento a la industria cinematográfica, en la internacionalización, en la creación, porque es una vitrina rápida y masiva de contenidos, versus el circo.
En los últimos 3, 4 años hemos tenido la posibilidad de girar por algunas regiones del país, siempre subvencionados, logrando este modelo de empresa y poder contratar, imposiciones y entregar seguros a los artistas, aunque sea a través de una subvención, lo vemos súper difícil llegar a ese modelo por si solos.
LO: Es lo mismo que vivió el mundo del cine, era tan difícil, no había escuelas de cine y no había nada, solo una línea de financiamiento en el FONDART y sería todo. Comparto contigo que es la necesidad de una decisión política. Vamos a hacer con lo que hay una política pública, esto no es borrar y partir de cero, con lo que existe se comienza, porque genera economía y da trabajo, porque resuelve problemas sociales, porque entrega experiencias, etc. Cuando eso ocurre, de a poco empieza el trabajo sostenido de dar apoyo a las que ya existen, para tener modelos de sostenibilidad en el tiempo, se les va enseñando lo que es ser emprendedor y se le quita el sesgo y miedo que tiene a la lógica de la economía, porque ellos igual quieren vivir al final del día con lo que hacen, y el estado debiese estar al servicio de eso. Y la idea es que itineren fuera de Chile y se conviertan en embajadores del circo chileno, como ocurre con el cine.
En la industria del cine hay problemas severos, no hay distribuidores de contenidos, entonces cómo formamos a esos distribuidores, porque hay muy buenas productoras de contenidos, pero no se dedican a la distribución, ese es el grave problema que tiene el cine chile hoy, porque no circula, porque los distribuidores actuales tiene metodologías del siglo XX, y el comportamiento del espectador con la sala de cine cambió, entonces los nuevos distribuidores están mutando digitalmente obligados por esta pandemia.
El Príncipe, película chilena, sin pandemia no hubiese tenido los 5 mil espectadores que tuvo la primera semana en su estreno comercial. Esas 5 mil personas no van al cine en un fin de semana para una película chilena. Ese es un éxito a la nueva forma de hacer.
Mientras el artista circense se prepara, se cuida, se alimenta bien, hay disciplina que hace que la experiencia sea mejor, tiene que haber alguien detrás de esos artistas ayudando a mover la estrategia de sostenibilidad de esa compañía, no son solo los artistas, tiene que haber un equipo que trabaje para esos artistas, probando nuevas producciones digitales, sería formidable que crearan nuevas alianzas con el mundo audiovisual para poder vender espectáculos de circo. Muchas cosas podrían pasar en la medida que el estado se lo proponga, esto ya no es libre mercado, estamos hablando de políticas públicas, falta pasar a la acción, implementar las políticas culturales existentes para el circo.
FA: Eso está empezando, vamos en ese proceso, en la maduración de elencos y compañías con trayectorias que están generando contenidos, estamos en la fase de circular y exhibir, de ir consolidando la creación y producción. Desde la experiencia de la producción artística circense, mientras más se diseñe y reflexione lo que se va a hacer, el proceso y el resultado siempre va a ser mejor. Una invitación a exhibir y a poder estar en teatros, en Chile no hay muchos teatros disponibles para circo y en Santiago muy pocos, el Teatro Municipal de Las Condes, Nescafé de las Artes o Matucana 100.
Gracias a Santiago Creativo que nos invitaron conformación de elencos, a la generación y circulación de contenidos, hemos tenido la oportunidad de estar en salas y eso genera bastantes beneficios, no solo por la experiencia, sino más bien por el profesionalismo y el poder estar en lugares diferentes, y permite que cada año saltemos más lejos, poder conseguir más cosas.
Estas políticas públicas que deben venir como apoyo al fomento, yo sigo sintiendo que va a pasar lo mismo que con el cine, que hay grandes compañías que viajan y van a festivales, pero luego acá en Chile tocan techo y después no tienes donde ir. Las compañías internacionales que vienen, agendan por una semana, o el Soleil que se queda casi un mes. Para tener una compañía y no depender de los fondos para circular, hay que entender la empleabilidad que genera el segmento creativo, y va a depender también de que la gente consuma cultura.
LO: A la larga, el chileno en pandemia se ha ido mejor vinculando con los contenidos, ha ido teniendo más conciencia de eso, por último, por la curiosidad de lo que significa ver una obra por internet, o Zoom o Puntoticket, etc. le está perdiendo el miedo, está siendo un mejor programador de sus contenidos culturales en sus casas y eso es lento. Me encantaría que todos los chilenos y chilenas pudieran hacerlo, esa es la idea, sobretodo en los estratos más bajos, y eso es una tremenda barrera de acceso, donde el estado debiera al menos propiciarla o integrarla, por último, pagar la entrada a los 2/5 más pobres del país. Todo eso es fundamental para manejar de mejor manera, esta es la pega que hay que hacer. El Ministerio de las Culturas debiese estar hablando con el Ministerio de Economía, con el de Hacienda, con Educación, para poder instalar estos programas, con una ley de artes escénicas de por medio, instalado el concejo de las artes escénicas debiera dedicarse a eso.
En el cine, cuando instalamos el programa, este comenzó sin consejo ni ley de cine, empezamos a movernos porque quisimos, y eso hizo que trabajáramos con CORFO, con el consejo de cultura con ProChile, entre otros, y organizamos una base que es mutable a cualquier sector, esto no tiene que ver con la voluntad de las instituciones o de las personas, tiene que ver con lo que hay que hacer. Si te quieres meter en la industria creativa, tienes que hacer la pega de todos los sectores, que significa estar en las artes escénicas, instalar y dinamizar la economía local, integrarse a la economía global. Cambia la forma, pero el fondo es lo mismo. Aquí hubo una decisión en un programa de gobierno y se hizo y se hizo bien.
En el arte escénico circense, por el patrimonio que tiene, creo que está en una muy buena oportunidad, porque la pandemia obligó a cambiar el paradigma. A futuro las experiencias presenciales van a costar mucho más que las digitales y para eso hay que entregar un servicio de optima calidad.
¿A su parecer, es ese el futuro post pandemia?
LO: Las artes escénicas tienen una mejor oportunidad en este minuto, más allá de la revolución tecnológica de la pandemia, ya los usuarios podemos discernir cuando un video está bien hecho o no, cuando una película se proyecta bien en HD o no, eso entrega experiencia. Cuando eso es presencial, la experiencia en vivo, tiene que ser única e irrepetible, en óptima calidad porque todos, desde la dirección, todos los artistas hasta el público, están compartiendo en el mismo minuto una experiencia, que se hace con mucho respeto desde el artista hacia el público, y que el espectador destinó tiempo para presenciarla, entonces cuando eso ocurra, cuando se presencie algo que no se va a ver por lo digital, habrá que informarselo, porque no existe la experiencia del teatro callejero como se plasmó y verlo por televisión es fome, puede ser otra cosa, pero no va a ser la experiencia de compartir un momento circense.
En la pandemia, las personas que aprecien el arte escénico, van a querer ir, salir y pagar por esa gran experiencia única que van a vivir y la van a querer vivir, por estar reunidos. Hay espectáculos del Cirque du Soleil que duran 3 horas y la experiencia pasa volando. Eso va a cobrar mucho valor.
Eso es lo que se está analizando en los foros internacionales de economía creativa, porque este año 2021, se declaró por parte de la ONU a la economía creativa como neurálgica o estratégica para el desarrollo sostenible. Van a haber una serie de foros para los sectores escénicos, porque se está ganando terreno, la cultura está organizándose mundialmente, para poner en el centro de las políticas públicas a las personas. Esto no es algo que inventé yo, se viene hablando desde hace muchos años, como lo escribió García Canclini cuando cayó el muro de Berlín, donde se anticipó a hablar del efecto de la globalización en la industria cultural, sin saber de la pandemia. Hay que prepararse.
FA: Nosotros aún estamos en la etapa de la migración, no nos habíamos anticipado a tanto. Estamos en este cambio de lo presencial a la generación de un buen contenido digital, que sigue siendo otra experiencia, pero diferente, y a la espera junto al elenco de poder vivir la experiencia, pero hemos estado restringidos a bastantes cosas sensoriales, y lo más seguro es que cuando se pueda, la gente va a explotar por experiencias significativas. La experiencia en vivo de un espectáculo, más que única e irrepetible, es que te suceden cosas a nivel personal, te puedes emocionar y eso es mágico y significativo. Si bien en el circo no hay un texto dramático que pasa un mensaje, hay un lenguaje físico y corporal que es mucho más primitivo o esencial al ser humano, que viene desde el movimiento y esa experiencia va a tomar desarrollo.
Agradezco a Leo por esta reflexión de lo que se viene, porque la gran mayoría del sector estamos pensando en la migración digital, en la crear contenidos profesionales desde ahí.
Ambos hemos participado en un par de ocasiones en foros internacionales, y ahí contaban diferentes experiencias, profesores de artes escénicas, como canto, mudaron al mundo online y les fue muy bien, mejoraron en la cantidad de alumnos y no sintieron el impacto de la pandemia. En comparación a los que estábamos profesionalizándonos en ir a lugares y llenar teatros, en querer la masividad y estar cerca, lo hemos resentido, y sabemos que el desafío va desde reactivar la producción creativa y la generación de contenidos, como también la empleabilidad que hay detrás, los profesionales que viven de esto.
LO: Creo que es importante que estemos pensando sobre esto, porque a pesar de que este año a nivel mundial la economía creativa tiene un lugar estratégico para re pensarse, creo que desde la dignidad y humildad de nuestros emprendedores y creadores y de todos los que apañamos en políticas de políticas públicas, en programas, en acompañar al emprendedor o al artista, esta red que hay, debiéramos ver de qué manera trabajar a la par, no solamente por el espectador chileno/a sino que también de que cualquier persona del mundo pueda acceder a los bienes y servicios que se entregan desde la experiencia circense, desde los productores de contenidos de artes circenses.
Si esos productores piensan que el público es cualquiera a nivel global, eso no solamente puede ser tecnológico, también puede ayudar a la compañía a mutar o ayudar a desplazarse, para que la experiencia presencial se pueda replicar no solo en Chile, si no que en cualquier otra parte o persona interesada en quererla ver, que las compañías de artes circenses entren en los circuitos de festivales, no es con el fin cultural, es con el fin de querer sostenerse y sostener la economía desde ahí, los dineros no son solamente para la extensión cultural que ya va implícito en el trabajo, es para poder mover al equipo. Chile ha tenido varias experiencias de aprendizaje en esto, porque no da lo mismo que vaya solo el vocalista de una banda, a que esta vaya completa, aunque cueste más, la experiencia no es la misma. Si eso no se entendió antes, ahora con la pandemia, están obligados a entenderlo, porque la experiencia es la que genera inclusión social, a mejoran la calidad de vida. Es más costoso y por algo hay que buscar otras formas de financiamiento y espero que a partir de la nueva constitución esto se empiece a consagrar de mejor manera, porque con esta no fue.
Globalidad digital, oportunidad internacional
LO: La experiencia virtual de que El Circo del Mundo aparezca en un show de la Tarumba en Perú, este da a conocer su trabajo de años y además a mostrar las redes que se han ido construyendo, este acervo cultural internacional, la integración, el capital social, como lo llamamos en economía, y ese capital social son las redes y alianzas que tiene una empresa para poder sostenerse, esto no es solo plata, necesitas contactos, generar comunidad, entonces cuando se habla de poder llegar a una mayor cantidad de público, tiene que ver con la capacidad de poder llegar hasta allá. De generar trabajos integrados a su proyecto, colaborar, trabajar de forma colectiva, mayor aún en pandemia, buscar y crear espacios para mantener la vigencia, porque sino todo se muere, y no es la idea.
FA: Esto nos invita a reflexionar ahora, a cómo nosotros podemos insertarnos y encontrarnos, sin duda que vamos a tratar de seguir en nuestra línea de arte circense, el valor que se crea desde el trabajo corporal del circo, pero de alguna forma nosotros hemos ido creando y generando esta relación, esta red internacional, organizando instancias internacionales con socios con proyectos muy similares. Prontamente tendremos un festival internacional presencial, planificado desde antes de la pandemia, pero que tuvimos que pausar, y esperamos este 2021 poder concretarlo, y aplicar estas experiencias y cómo hacerlo de una forma significativa, tiene que significar algo volver a lo presencial, no solamente por pagar y consumir cultura, tiene que haber algo más simbólico, y es importante hacerlo.
La cultura debiese ser un bien de primer consumo, debería estar dentro de la canasta familiar, no solamente desde Netflix o Spotify. Lograr instalar la cultura en la gente, eso le falta a nuestra sociedad, tendríamos cada vez más gente con mayores recursos para resolver conflictos, donde la gente no crea valor, destruye, y creo que eso está pasando. Los artistas somos responsables de cómo crear valor para que el público cree valor desde ellos.
LO: Es inevitable no hablar de la nueva constitución, con lo que significa una carta magna en un país, en cualquiera, entonces cuando el sector no existe y solos se garantiza algunas libertades, como la libertad de expresión, que está garantizada en la actual constitución, se aspira a que, si es importante el tema de la cultura habrá que moverse para que exista como tal. En democracia lo que mejor se ha hecho, es poder institucionalizar el mundo de la cultura, situación que en otros países del mundo, los ministerios de cultura existen hace décadas, bastaron las dos guerras mundiales para entender que la seguridad ciudadana era importante, y eso es cultural.
Son procesos de aprendizajes que los países deben vivir, creo que nos ha costado harto que los demás entiendan que no es solamente una institución, lo cultural es vivir, es vida.
Vamos poniéndonos de acuerdo en cómo lo consagramos de mejor manera, ya que en la constitución actual no lo dice, por distintas razones, por el contexto político y por quienes la hicieron. Ahora como el proceso es colectivo, democrático, con los pueblos originarios, en lo concreto Chile entra a ser el primer país que en democracia realiza este proceso con las mujeres adentro en la toma de decisiones de cómo vamos a entrar, de convivir y del buen vivir, que es lo cultural. Uno esperaría que este equipo constituyente plantee este aspecto cultural que debiese ser el primer capítulo de la nueva constitución, como dice Francisco “Cultura como bien de necesidad” que no sea discutible. De ahí para abajo, incluso las instituciones de orden, se piensen dos veces antes de disparar a una persona. Que sea educado, porque está siendo financiado con impuestos de todos los chilenos, recibe un sueldo público.
FA: Totalmente de acuerdo con el valor de la cultura, y ojalá que no tengamos que vivir una guerra mundial para refundarnos y entender lo patrimonial de cada sociedad. Chile tiene buenos cimientos culturales. Creo que hemos abandonado el quehacer público, como estado, y eso está repercutiendo ahora.
LO: Lo cultural es el respeto al otro, si hay que conversar algo, lo conversamos, no hay nada de malo en eso.
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