La sutileza de las historias que cuenta el circo
Javier Valenzuela & Carolina Osses
Una conversación sobre cultura, leyes y circo junto Javier Valenzuela, Secretario Ejecutivo de las Artes Escénicas de el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y Carolina Osses, directora de la revista Saberes de Circo, Coordinadora del área social y educación de El Circo del Mundo y Vicepresidenta de ASOFAG Asociación de Formadores, Artistas, y Gestores de Nuevo Circo.
Javier Valenzuela (JV): Este es el 5to año en el que se celebró el Día Nacional del Circo Chileno, desde el 2017 se celebra anualmente, promulgado por una ley de la república, y se celebra el primer sábado del mes de septiembre, dando inicio a la temporada de circo, post día del niño. Es una fecha importante para todos los circos, tradicionales o contemporáneos, en donde el circo ha tomado relevancia como arte escénico posible de programar, eso fue algo que costó un poco instalar, de las diversas disciplinas que se desarrollan en el mundo de las artes escénicas, había mucha presencia de teatro, pero el circo se ha instalado en un ámbito familiar y de expresión del cuerpo, que cautiva a públicos diversos y el día nacional del circo es eso, un espacio a la vista de todas las habilidades de las comunidades de circo contemporáneo y circo tradicional.
Nosotros hemos trabajado con las dos dimensiones del circo. La celebración nacional con el circo tradicional en el GAM, que es un hito que no establecimos nosotros, sino más bien en el que el circo tradicional nos invita a ser parte de esta celebración y tratamos de encajar en su formato desde la institucionalidad para poder dar visibilidad a este espacio de búsqueda de legitimidad de parte de las instituciones, que creo que es interesante buscar el espacio y la legitimidad que es propio, y hoy día el circo tiene ese carácter propio, único y distintivo. Y también tener los espacios en donde se desarrolla la cultura, por eso es tan simbólico que el circo este en el GAM, porque es una forma de decir “Aquí estamos, existimos, podemos estar instalando una carpa en el norte o celebrando el día del circo en el GAM” esa transversalidad del circo me parece muy valiosa, más aún en este contexto social, que para mí es un valor muy lindo, yo he aprendido mucho del circo, sobre la democracia cultural, no solamente la democratización, tanto como un Street dancer o un circense o un teatro, tienen un espacio cultural que se define en sí mismo como diverso, por eso es muy simbólico el carácter de la celebración del circo, que también conviven con el contemporáneo, no solamente tradicional.
Hemos trabajado en eso con el Barrio Circo Matta, un espacio con tres espacios culturales relacionados al circo, está Casa Buffo, Cabeza de Martillo y Casa Payaso, que dinamizan ese espacio para la comuna de Santiago en barrio Matta, para poder activar el rol que cumplen dentro de ese espacio comunitario, un espacio que puede ser cerrado y formativo, pero que se abren al mundo. Las tres son muy distintas, pero hablan de lo mismo, de instalar el circo hacia fuera, de cómo el circo se muestra.
Carolina Osses (CO): La legitimación del circo, desde el contemporáneo ¿qué crees tú que son los pasos o procesos que faltan? ¿Cuáles son los espacios a conquistar? El circo tradicional ya tiene un lugar ganado y es reconocido, sabemos que el circo contemporáneo es nuevo, es joven, pero todavía al circo contemporáneo o nuevo circo hay pasos que faltan, desde el espacio más artístico o más formativo de educación artística.
JV: Yo lo viví en carne propia junto a El Circo del Mundo en la itinerancia nacional, en ese momento se abrió la oportunidad, porque principalmente habían compañías de teatro de Santiago que iban a regiones y eso después se abrió para incluir a la danza y el circo, dentro de las giras itinerantes, que es un ejercicio de legitimidad, es decir que todas estas disciplinas son parte de las artes escénicas y deberían tener un espacio propicio dentro de la política pública en su desarrollo, y ahí se incluyó en esa gira.
Lo que me tocó vivir a mí, fue ver a El Circo del Mundo como una punta de lanza para que estuviera programado circo contemporáneo en el centro cultural de Ovalle, en el centro cultural de Casablanca, programado en Constitución…y creo que ese circuito se debería profundizar una vez que se pueda volver a la presencialidad, porque no hay que olvidar que estuvimos alejados un periodo de tiempo sin el espacio físico, y creo que para mi ese es el desafío que hay que continuar trabajando en el mundo del circo contemporáneo, en dos dimensiones, por que una tiene que ver con que los mismos artistas sean capaces de adaptarse a las condiciones de los espacios culturales, que son tanto como condiciones técnicas y/o institucionales de funcionamiento, tiene que haber una doble funcionalidad. Y por otra parte, que yo creo que se ha ido ganando, que los programadores de los espacios culturales busquen circo, y creo que es algo que al ver las otras artes escénicas, el circo se ha ganado ese espacio, el circo contemporáneo a cimentado con diversas producciones de un trabajo de mucho tiempo, un nombre, una marca o sello, y eso hace que los espacios culturales al programar piensen en teatro, danza y circo, y ese espacio hay que ocuparlo, hay que exigirlo si no existe, pero creo que los mismos programadores ya no solo hablan de teatro y teatro, y el circo cumple un rol distinto, entonces muchas veces se distancia en su esencia oratoria y no tiene siempre la complejidad para entregar el mensaje, entonces el circo tiene un espacio dentro del lenguaje de las artes escénicas muy atractivo para un programador, y por una parte creo que eso ha cambiado, pero necesitamos que las compañías también se adapten y lean esa oportunidad que se da en torno a la programación cultural de circo, y de los distintos y diversos espacios que existen en el país, y las multiplicidades de disciplinas que entrega en circo, que es un valor en sí, una multiplicidad de posibilidades que son muy interesantes a la hora de pensar, que a veces se integran mucho mejor en lugares alejados, ya que el circo tiene la destreza del trabajo del cuerpo y de la virtud humana, y de la sutileza de las historias que cuenta el circo, que es súper lindo que se visibilice. Creo que ese es el desafío que tiene el circo contemporáneo, y comprender que es un necesario dentro del espacio cultural.
CO: Que interesante eso que planteas, de entender la posibilidad que entregan los espacios culturales, y creo que aún no nos hemos abierto, como espacios circenses, a crear para esos espacios, ya que siempre se piensa en la Varieté chica o callejero más underground, pero falta proponer para esos espacios. Es importante que la comunidad circense reflexione sobre esto.
JV: Para el día del circo, tuvimos la transmisión por Elige Cultura, la Gala Decimal, que organiza Malabicirco, y esta gala es el teatro principal del parque cultural, donde mezcla el circo contemporáneo con el circo tradicional, en números diversos, con una declaración clara de principios, sin eliminar las posibilidades. Tal como el circo tradicional está en el GAM, muestra cómo el circo ha avanzado, junto con la sociedad, tanto adentro o afuera de los espacios oficiales, eso me parece muy lindo del circo, es abierto, es diverso y es capaz de adaptarse a las posibilidades de la cultura, que deben seguir creciendo y desarrollando.
Yo veo que hay muchas personas de circo que están en esa posición dialogantes, por ejemplo La Cuarta Estación en Coquimbo que trabajan con los centros culturales, o El Galpon Jiwasanaka en Arica, o en el Circo de las Máquinas en la Araucanía, Circo del Sur en Magallanes, tenemos agentes que viven desde lo comunitario e institucional. Creo que es importante establecer un sistema de circulación que genere economía, que genere trabajo, para el sostenimiento del circo contemporáneo en el mediano y largo plazo.
La creación del consejo de Artes Escénicas
JV: La historia es bastante larga, pero me gustaría señalar que el consejo es parte de la ley de artes escénicas, que crea 3 elementos fundamentales: El fondo nacional de artes escénicas, que es el fondo abierto de postulación (aún mucha gente le dice FONDART). El premio Presidente de la república, que es son distinciones a todas las disciplinas de las artes escénicas, y por último el Consejo Nacional de Artes Escénicas, este es muy importante porque refleja cómo se construyen las políticas culturales en Chile, ya que no surgen de los políticos o del congreso, surgen de las ideas de los propios agentes culturales que se involucran dentro del espacio político público y eso surge no sólo en el circo, también en el teatro, en la danza, en todas las disciplinas. Se empieza a instalar la idea (2014) de que había que trabajar por una ley de fomento para las artes escénicas, que se presenta al consejo nacional de la cultura (antiguo) y el consejo toma la propuesta y trabaja mancomunadamente con el sector en la construcción de una ley, que fue promulgada en el 2019 y lo que hace es crear estos 3 grandes elementos, el fondo, el premio y el consejo. A mi me interesa hablarles del consejo, ya que este es el primer espacio vinculante para las artes escénicas, que va a estar conformado por 16 personas de las distintas disciplinas y sectores para construir conjuntamente el desarrollo y fomento de las artes escénicas del ahora, del mañana y del futuro.
Creo que es importante esta lucha ganada también por el contexto actual, porque esta instalación del consejo se da en un proceso de cambio institucional, con una convención constituyente, en donde estamos viendo que salen voces silenciadas como los temas de género o pueblos originarios, y por ello me parece que el consejo es un espacio limitado, porque es un espacio vinculante colegiado y un espacio de trabajo en torno a los recursos de las artes escénicas, que requieren de con trabajo de altura de miras, de diálogo. Van a haber 2 representantes del circo que no necesariamente representa a un sector u organización, pero finalmente van a ser representantes del circo en toda su dimensión, entonces me parece muy interesante el proceso que va a venir para el sector en torno al consejo nacional de artes escénicas porque vamos a transitar de espacios vinculantes muy exigentes a que efectivamente se realicen, y sé que no va a ser fácil, porque hay diversidad de agentes, diversidad de necesidades y sobretodo en un contexto post pandemia para trabajar los desafíos de las artes escénicas, que es lo que nos exige la ciudadanía, trabajar de otra manera, que el Estado o la institucionalidad trabaje con los agentes ciudadanos desde nuevas formas de relacionarnos, que sea en conjunto, en ser parte del funcionamiento. Al igual que la ley de las artes escénicas desde su origen, se necesita que todos trabajemos conjuntamente por conseguirlo.
Creo que la Convención Constitucional, el consejo de artes escénicas y los distintos espacios de vinculación son canalizadores de esas nuevas formas de relacionarse que Chile necesita, para pensarse en un futuro.
CO: En ese sentido, me surge siempre la preocupación desde las expectativas que puedan levantarse desde los diferentes sectores, ¿te pasa lo mismo?
JV: Hay que entender que la institucionalidad es un órgano muy complejo, y que tal vez no todos entiendan o necesiten saber cómo funciona o lo que significa y eso es muy válido. El Estado debe estar al servicio incluso de quien no logre comprender el rol que cumple el ministerio u otros organismos, estamos al servicio.
Para mi también es importante el tema de las expectativas, el trabajo del consejo es muy específico, técnico y está bajo una ley. Estamos primero trabajando en el reglamento interno, que permita canalizar el ordenamiento de esas expectativas para tener una ruta, para el relacionamiento entre el consejo y el mundo de afuera, esos canales y vías de participación también son parte de lo que es posible realizar en el corto, mediano y largo plazo, y esa es la labor que nosotros nos estamos preparando, para que no sean frustraciones. No creo que sea algo fácil, pero creo que tenemos que ser parte de ese cambio y que el consejo va a llegar con ese espíritu, y con la experiencia que poseemos, tenemos que dar garantías para que hagan su labor lo mejor posible.
El desafío es parte de la vida, porque estos son procesos y relaciones que deben construirse, entonces tenemos que ser conscientes del desafío, y que sea lo más apacible y posible para todos y todas.
CO: Ahora que estamos en pleno tema de la elección de los consejeros/as, una ve cómo se intenta conciliar cual va a ser la relación del consejero con el resto de las personas del circo, cómo va a dialogar ese futuro elegido del circo contemporáneo con el resto del circo, si habrá o no un posible diálogo.
JV: Habrá que construirlo. Hay una alta demanda a la institucionalidad, no solo en cultura, para esta administración como para la que venga, pero no es solamente algo de la institucionalidad, hay que pensar en los espacios de cambios de que todos debemos estar dispuestos a ceder, desde la institucionalidad como las organizaciones, un cambio multidireccional. Me da orgullo presenciar reuniones de circo con ambos mundos, el tradicional y el contemporáneo juntos, ese es un espacio ganado, para quienes conocen la historia previa, me parece valioso, porque no sé si se lograran todos los acuerdos o que las relaciones humanas sean las que uno quiere, pero hace 5 o 6 años no sé si hubiésemos tenido esta reunión, porque todos cedieron. Ese es un buen ejercicio para pensar en los espacios participativos, donde muchas veces no es lo que uno quiere, no tiene que ver con uno, tiene que ver con lo colectivo.
CO: Si, totalmente. Yo también estuve en esa reunión, e incluso creo que este mismo diálogo que ocurra dentro del mismo circo contemporáneo, que ya no estén las luchas de poder dentro de organizaciones, sino que se unen todas y empujen la elección de un solo representante, que exista la posibilidad de que sea un representante del circo tradicional y uno del contemporáneo, que sean electos democráticamente, hay cosas bien bonitas que se están logrando, es muy interesante este proceso, impensable hace unos años atrás.
JV: El arte no está ajeno al mundo, las artes viven en este contexto y pertenecen a este mundo, y muchas veces queremos pensar que el arte está en un lugar distinto y no. Esto es prueba fiel de que el arte también está leyendo los tiempos de ahora, y si somos testigos de este momento es porque todos estamos cambiando, el arte, la sociedad, las organizaciones…Ese es el desafío y es muy lindo, y nos da atisbos de que es posible construir nuevas formas de relacionarse y creo que ese es el motor. Yo creo en un mundo pluralista en donde podamos convivir y construir con todas las diferencias y pensamientos, y eso es muy bueno, quizás si el consejo se hubiese instalado en otro momento tal vez sería distinto, pero creo que el mundo y la sociedad nos permiten instalarnos distinto y creo que eso es lo valioso.
Actualmente el circo ya presentó a sus candidatos elegidos entre la comunidad circense, ASOFAG como la organización más representativa a nivel nacional, Maria Elena Andrich como la representante del circo tradicional y Carlos “Argolla” Martínez del circo contemporáneo.
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