Bioentrevista: Pamela Castillo

Creo que comencé haciendo circo, porque me encontré con un grupo de personas que me hacían sentir muy cómoda, creo que primero son los grupos, y el circo da para esto porque maneja estas habilidades socioemocionales, la confianza, el sentirse protegido y estas virtudes que tiene el circo han estado siempre

 

¿Cómo llegas a conocer o cuál es tu primer contacto con el circo?

PAMELA: Hace mucho tiempo, alrededor del 98 – 99 fue mi primer contacto con el circo. En ese tiempo acá solo había malabaristas que se reunían en una plaza, pero era muy poco y me comencé a reunir con ellos/as, comencé a aprender y pasaron distintas etapas desde el malabar en plazas o semáforos, posteriormente viajando. Luego ya en espacios que no tenían relación con el circo pero era más un punto de reunión. Posteriormente me involucré en talleres, la primera compañía que formamos se llamaba “Sircoclan” por varios años aproximadamente de 1998 al 2005. Luego varios integrantes de ese grupo se fueron a otros países, y cómo el 2007 formamos una compañía que se llamaba “puro circo”, ahí estuvimos un par de años, aproximadamente hasta el 2012 – 2013. Posterior a esto, el año 2015 apareció el galpón, tuvimos nuestros primeros encuentros, conocimos gente que quería entrenar allí. El 2017 fue más formal, digamos, el galpón tuvo un nombre.

 

¿Tú eres de región cierto?, de Arica.

PAMELA: Así es.

 

Uno mantiene en la memoria el circo tradicional que llega a regiones y se expande. Tú me comentabas que había un pequeño circuito que trabajaba semáforos, y posteriormente en el espacio del galpón. ¿Cómo se comienza a gestar el circuito circense en la región?

PAMELA: En Arica el circo llegó porque habían dos personas que estaban viajando con el circo, como malabaristas. Y llegó el malabar primero, se juntaban en el forestal igual que en Santiago en aquellos años, acá llego el año 98 aproximadamente, llegó un poco tarde diría yo. El año 2001 aproximadamente comenzaron a llegar otras disciplinas. La evolución natural de las otras disciplinas corresponde a viajes, algunos de mis compañeros viajaron a Brasil a capacitarse en equilibrio por ejemplo, tela, trapecio o acrobacias. Posterior a esto comenzaron a compartir sus conocimientos con nosotros pues eran ellos parte de la compañía. Luego nosotros nos manteníamos en constante entrenamiento, no teníamos un espacio fijo, eso sumaba cierta dificultad. Entonces todo ese tiempo tratábamos de crear, manteniendo también talleres para jóvenes. Así transcurrió el tiempo y en el año 2015 muchos de ese grupo, ya sea por tiempo o intereses, se marchaban. En Arica hay muy poca gente que hace circo, hubo unos años en que se dispersó demasiado el movimiento circense, entre el 2010 – 2015 no hubo mucho movimiento, aproximadamente el 2012 no habían talleres o espacios. El 2015 encontramos el galpón, ya que me vine a vivir a un barrio de los más antiguos de Arica llamado cerro “la cruz”. Un lugar muy estigmatizado por cierto en la década del 2000. Aquí existía un espacio abandonado, que era un galpón pequeño que empecé a habitar. Con los permisos correspondientes en las juntas de vecinos, existía un programa llamado “quiero mi barrio” ellos necesitaban habilitar un espacio pues no existía uno abierto al público. Así comenzamos a entrenar con un grupo de gente, aproximadamente 2 años limpiando, habitando, entrenando, etc. Hasta que decidimos abrir este espacio, como un espacio exclusivo del circo. Este lugar donde estaba el galpón lo querían demoler, pues era un micro basural anteriormente. Además estaba en pésimo estado y el lugar se prestaba para otras cosas como consumo de drogas, alcohol, etc.

 

¿Ósea, a través de la gestión que realizaron, hoy en día es también un punto de encuentro para los vecinos?

PAMELA: Claro. Y bueno, con nuestra llegada comenzamos a limpiar el lugar, despojando el mal uso que se le daba antes.
El programa “mi barrio” que estaba en ejecución en ese entonces tenía que inyectar recursos en una obra y lo hicieron justamente en una cancha que estaba a un costado del galpón. Paralelamente, hicimos gestiones y ganamos un concurso de sodimac. Con eso pudimos parar el galpón con nuevos materiales para reconstruirlo. Ocurrieron estos dos acontecimientos de forma paralela, así, cuando entregaron la cancha remodelada también se entregó la obra de sodimac que fue en realidad una intervención, más que una obra de construcción. Ya con este piso que teníamos, no paramos. Comenzamos con una extensa programación, talleres, espectáculos y este mismo grupo de gente que al comienzo venía a entrenar, se unieron para formar un elenco estable del lugar. Entonces con ese elenco comenzamos a crear. Comenzamos el año 2017 formalmente, abriendo el espacio a la comunidad, programaciones, etc.
En Arica no hay muchos espacios, y otras artes escénicas como teatro o danza. También nos solicitaban el espacio, entonces también existía esa programación de diversas artes escénicas. Fue un cambio muy positivo para la escena local.

¿Fue difícil trabajar en la recuperación de estos espacios, teniendo en cuenta que estos quizás no eran tan adecuados para la práctica de circo?

PAMELA: Si. Aun vivimos con la precariedad, si bien el espacio del galpón es muy amable, aun así es bajo. Debido a esto no podemos hacer grandes cosas por su altura. Como yo ya hago circo hace un montón de tiempo, yo tenía equipamiento de circo. Cuando me tocaba trabajar en un lado transportaba todas mis cosas de un lado a otro, tenía colchonetas, estructuras de circo, etc. Entonces cuando queríamos practicar y queríamos más altura se hacía fuera, en la cancha o alrededor. Ya que tenemos explanadas alrededor de la cancha y del galpón para presentar espectáculos o para armar estructuras. El espacio ahora con la cancha quedó muy amigable para lo que hacemos pese a tener la limitante de altura (del galpón).
Como acá en Arica no hace tanto frío, tenemos la facilidad de trabajar en cualquier fecha del año afuera. El sol en verano es un poco problemático pero armamos toldos y eso nos ayuda.

 

Me imagino que tú partes desde el interés de practicar circo, pero me comentas que luego comienzas a realizar talleres y trabajar con la gente. ¿Cómo ha resultado desde lo pedagógico el circo para ti?

PAMELA: No ha sido fácil. A pesar de que antes de que existiera el galpón, al menos yo con otros compañeros, hacíamos ya talleres de circo pero siempre era muy acotado el público al que podríamos llegar, o hacíamos “talleres abiertos” y se inscribían ciertas personas. O trabajábamos en una población con tiempo y programa específicos, pero de esa manera llegábamos a la comunidad. Después me tocó hacer por un par de años, talleres en colegios, luego trabajé mucho tiempo en programas “acciona” donde intervenimos la obra escolar, en el mismo horario escolar. Me costaba pues me tocó muchas veces ir a colegios donde el director decía: Ah! taller de circo, ¿qué es eso? Entonces me tocó educar respecto a lo que se puede hacer con el circo. Luego me tocó trabajar mucho tiempo en colegios y los niños pedían el taller. Era el taller más creativo pues, eso tiene el circo, es muy seductor. Pero al comienzo fue muy difícil.
En el galpón que hemos hecho talleres de niños, siempre hemos tenido la fortuna de que se llenan rápidamente. Y de todo en realidad, ya sean niños, jóvenes o adultos. Como te mencionaba acá no hay muchos espacios ni gente que haga circo, yo creo que si existieran más lugares, podríamos expandir con más facilidad este arte a más personas. Porque quedamos cortos, los espacios se nos llenan y si bien tenemos equipamiento, obviamente no podemos llenar una sala con 30 o 40 personas entonces los procesos que duran 3 o 4 meses llegan para máximo 20 personas. Entonces ha sido una etapa para mostrarle a la gente, que es el circo, que es capaz de hacer el circo.

 

¿Qué te llevó al circo?, ¿qué te llevó a elegir este camino?, o ¿hay algún momento en particular que te resonara para tomar la decisión?

PAMELA: Creo que comencé haciendo circo, porque me encontré con un grupo de personas que me hacían sentir muy cómoda. Creo que primero son los grupos, y el circo da para esto porque maneja estas habilidades socioemocionales, la confianza, el sentirse protegido y estas virtudes que tiene el circo han estado siempre. Me gustó tanto que para mí era seguir estimulando mi autoestima, el circo es muy cautivador. Las cosas luego se iban dando, por ejemplo hacer un taller. Yo estaba en mi primer año de universidad y hacía malabares y la gente me pedía que les enseñara. La universidad dio un espacio, algunos recursos y el resto era atreverse. Luego me atreví a hacer un taller para niños en una población. Ahí me hizo click, me estaba dedicando a hacer esto, sin darme cuenta antes.
Yo soy docente, cuando salí de la universidad ejercí mi profesión durante solo dos años. Pero también el último año que ejercí, a mitad de semestre me dije: yo necesito más tiempo para ensayar y entrenar. Pero no era posible al estar trabajando en un establecimiento formal. Ahí me empezó a dar vueltas en la cabeza el hecho de que necesito más tiempo para el circo, así que me dije: a fin de año me retiro y me doy un año sabático. Ya que aparte de ensayar me estaba dedicando a hacer gestión, en el equipo que teníamos yo era la persona que generaba los proyectos, entonces el tiempo no me daba. Me salí, supuestamente un año, pero ya han pasado 14 o 15 años aproximadamente desde que eso sucedió.

¿Ahora te dedicas totalmente al circo?

PAMELA: Si. De hecho ahora me dedico más a la gestión, que a la práctica de circo.

 

¿Cuesta la gestión en un lugar donde el circo contemporáneo no es tan conocido?, y ¿cuesta articular con las regiones aledaña?

PAMELA: Si hay, esos lazos se formaron porque me tocó a mí en un momento salir de Arica a buscar formación y ahí conocí gente, la primera vez fui a Antofagasta, ahí conocí personas que iban desde otras regiones cercanas, también conocí a profesores venían de Argentina como Marta Simonetti, que era la encargada en ese entonces del área de artes escénicas. Luego viajé al ”circo el mundo”, así me llevé como 3 o 4 años aproximadamente donde conocí a mucha gente, incluso a gente de Punta Arenas. En el “circo el mundo” había una formación, donde seleccionaban a una persona de cada región. Ahí se gestaron estos vínculos con otras regiones.
El 2019 nosotros hicimos el primer festival, eso hizo que estos lazos o vínculos que teníamos ayudaran a formar este festival, ya que allí nos apoyaron.

 

Entendiendo que con todos estos contactos o vínculos formados, pudiste conocer otras realidades y formas de hacer circo. ¿Qué tanto influye la forma de hacer circo en tu territorio, las condiciones de este mismo?, ¿cómo sientes tú que eso va moldeando tu forma de hacer circo?

PAMELA: Yo conozco a la gente del sur por ejemplo, sé que su realidad es súper difícil. Ellos no pueden montar carpas por las condiciones climáticas adversas, deben tener calefacción y un montón de cosas más. Afortunadamente nosotros no tenemos esa realidad, somos una zona muy desértica, pero a pesar de eso tenemos harto valle, hay mucha humedad, mucho calor, entonces no nos afecta tanto la condición climática. Pero lo que quizás nos limita mucho, es no tener mucho referente de circo, ya que como te decía anteriormente, no hay mucha gente acá que haga circo. Ha sido construir desde la nada, con las compañías que se formaban que luego se disuelven por la falta de espacios y así. Como no venía gente por temas de gestión, ya que no la había ni tampoco los recursos. Cuando nosotros comenzamos con el galpón, dijimos siempre que sería un espacio exclusivo para el circo para el desarrollo de este, comenzamos de inmediato a generar talleres, espectáculos, etc. Para que la gente pueda interactuar con el circo y saber que se hace en el circo. De a poco hemos generado los recursos, hemos podido traer a profesores, entonces eso ha hecho que el circo en 5 años haya dado un salto de nivel. Creo que la dificultad territorial tiene que ver con la centralización que todo pasa en Santiago o Valparaíso. Pero en las regiones que están en los extremos como punta arenas y Arica, se ha desarrollado muy lentamente el arte circense.
Una ventaja como te digo es lo climático que nos favorece y que tenemos esta multi-cultura que nos ha ayudado. Referentes de Perú o Bolivia en esta zona fronteriza que nos hace inspirarnos en la creación. Hay cosas de las cuales nos podemos inspirar y generan esta identidad propia de hacer circo.

 

A ti en lo personal. ¿Cómo te cambió el circo, desde que lo conociste hasta ahora?

PAMELA: Imaginate que estuve dos años trabajando de profe en el sistema educativo y no era para nada lo que yo quería hacer. A mí me gusta la pedagogía, me encanta y tengo vocación pero estar ahí dentro del sistema no era nada de lo que yo me imaginaba pues ya venía de hacer talleres de circo, entonces no tenía por donde perderme en cuanto a elegir. Por eso en un momento me dije “debo dedicarle más tiempo al circo” porque el circo ha cambiado mi vida y es una frase que se la he escuchado a mucha gente, el circo ha salvado mi vida, como una visión o forma de vivir. Donde encontramos grupos humanos en donde sientes que hablan tú mismo lenguaje, en familia, se habla de la familia del circo. Se forman lazos desde cada mirada o región y me encuentro con amigos que quizás no veo en un año, pero son amistades entrañables. Creo que el circo tiene eso, es muy afectuoso, es de camaradería, que te cambia humanamente. Me ha cambiado la vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Podríamos decir con esto que el traspaso pedagógico no tiene que ver sólo con el aula, ¿crees que estos nuevos espacios tienen una perspectiva diferente de construir conocimiento?

PAMELA: Si, son momentos de encuentro, de humanizarse, de sensibilidad, de pensamiento crítico, etc. El circo tiene eso, es muy afable. Uno se entrega al entrenamiento, se siente acompañado.
He visto gente de esta generación que quizás está pasando por lo mismo que yo hace años que forman estos grupos humanos y que son apañadoras hasta el final, amistades entrañables eso genera el circo. Es vivir el presente en comunidad.

 

Si pudieras definir, que significa el circo para ti hoy. ¿Cómo lo definirías? ¿Qué lugar de tu vida ocupa?

PAMELA: Ocupa el cien por ciento, y es mucha convicción. Es porque me ha costado mantenerme y mantener grupos, que ellos tengan la misma visión de desarrollo hacia el circo, más que crecer de forma individual es crecer en familia. Esa convicción la he mantenido desde que decidí dedicarme a la gestión, creo que desde ahí tiene que ver con tener coraje al dedicarse a esto. Yo transmito mucho eso a los chicos que están empezando y tienen dudas, es una constante incertidumbre y debes atreverte, debes superar esas dudas que surgen. Dedicarse al arte en Chile, o en Sudamérica creo que tiene un nivel de incertidumbre que es continuo y hay que tener coraje para estar acá. Siempre pasando por altos y bajos, a veces enfrentando la frustración, me he mantenido firme y no he abandonado la idea de tirar para arriba el circo, de que más gente lo conozca, que surjan artistas, creo que eso es lo que me llena en mi vida.

¿En que estas hoy en el circo y cuáles son las proyecciones que tienes o puedas visualizar en el futuro?

PAMELA: Mis deseos tienen que ver con el galpón, que es un espacio no muy grande. Pues llegamos a habitar este lugar que estaba abandonado, y que lo hemos desarrollado poco a poco, muchas veces con recursos propios con proyectos. Mi sueño es tener otro espacio, ese mismo galpón reconstruirlo, dejarlo como nuevo con las condiciones necesarias, con lo requerido para nuestra compañía. Hemos hecho gestiones para ello pese a las complicaciones existentes, pero este año nos ganamos un concurso el proyecto de diseño de infraestructura del espacio, entonces vamos a ejecutarlo durante este 2023 para hacer el diseño e imaginarnos un galpón nuevo, y tener ese diseño aprobado y firmado por un arquitecto cosa de postular a una construcción, nosotros estamos acá eufóricos con ese proyecto de diseño porque como te digo, acá no hay un espacio donde tengamos un uso exclusivo para el circo, entonces necesitamos un espacio pensado para el circo. Con la altura necesaria, con las condiciones necesarias, con los puntos de anclaje, etc. Para nosotros es un hito súper importante y espero que a largo plazo eso se concrete en la construcción, yo creo que en unos dos o tres años más comenzar la construcción del galpón. Ese es mi sueño.

 

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