Jorge Aceituno por Jorge Gómez / Fotógrafos

Ambos Jorge, ambos fotógrafos, ambos han retratado momentos icónicos de El Circo del Mundo, el primero profesor y parte de los inicios de El Circo del Mundo, el segundo, alumno y realizador de esta edición especial. Desde el comienzo hasta la actualidad, unidos y conectados por el circo.

 


Jorge Gómez (JG): Ya profesor, ¿cómo fue su experiencia y cómo se produce el primer contacto con El Circo del mundo?

Jorge Aceituno (JA): Yo ya conocía a El Circo del Mundo cuando se inició en los años 90 ‘s, con un proyecto que trajo el Cirque du Soleil, eran conocidos, por lo que se veía en la prensa principalmente. En esos años yo trabajaba para el Instituto Nacional de la Juventud, y ahí tenían un proyecto con El Circo del Mundo, y mi objetivo era hacer un trabajo fotográfico en los distintos lugares donde ellos hacían sus talleres, en poblaciones y comunidades. El objetivo era lanzar un libro y una producción audiovisual. Ahí coordinamos con Alejandra, la directora, y nos encontrábamos en lugares vulnerables o proyectos sociales, que era algo que a mi siempre me ha interesado, la labor social. A través de lo que les ofrecía el circo con los talleres, no era solamente que aprendieran destrezas y ser artistas de circo, pero si les ayudaba mucho a la vida, a armarse como personas, a sentirse creativos, a tener seguridad, a ser mejores personas. Eran muy unidos, muy alegres, con un espíritu de equipo, sobre todo porque todo el proceso que hacían ahí, estaban ensayando también una obra. 

JG: Uno tiene una concepción del circo más tradicional, de la memoria colectiva, fotográficamente también uno tiene esta idea con el circo tradicional chileno, ¿había tenido una experiencia anterior con el circo o con la formación social?

JA: En términos de circo, también fotografíe circos grandes, a muchos nos llama la atención esta vida nómada del circo, esta tribu, y en algunas ocasiones pude entrar a la carpa. Y también trabajaba en un teatro y llegaban muchas compañías como el Circo Teatro Imaginario y otras compañías que se fueron creando, después se hizo Las 7 vidas del Tony Caluga, también el mismo Andrés Pérez que tenía acrobacias y mezclaba el circo teatro y Oscar Zimmermann actor clown muy reconocido, entre muchos. 

JG: ¿Cómo fue el proceso del trabajo de desarrollo fotográfico?

JA: Abordar un tema fotográfico o un desafío como hacer un libro hay que tener ciertos parámetros, pensar en la publicación cuando lo vas a hacer, pensar en la historia del circo, en las historias que hay, eso te conecta, conversar, ganar confianza,  y así la cámara deja de molestar, tanto para el que está delante como detrás de la cámara. 

JG: ¿Alguna historia en particular que recuerdes? 

JA: Al ver los negativos uno inmediatamente hace un recorrido por las historias, recordar cómo me sentía en ese momento de tomar la foto, qué falló, qué resultó. Siempre que veo la foto de alguna manera me conecto con ese momento. Sacar una foto de alguna manera interviene el espacio, y trato de conectar con esa persona. 

JG: ¿Este trabajo termina con un foto libro o exposición, en donde radica este trabajo de 3 meses?

JA: Se hizo un libro, realizado por el instituto, y lamento no haber tenido mayor injerencia en eso, que no reflejó el espíritu de un tema como este.

JG: ¿Le gustaría volver a tener una oportunidad de trabajo con el mundo del circo?

JA: Si, siempre me ha interesado el escenario y también lo social, entonces esta experiencia de El Circo del Mundo que se ha consolidado, junta las dos cosas y claro que lo encuentro interesante. 

 

Fotografías por Jorge Aceituno
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