El Proyeccionista
La destreza del movimiento circense y cinematográfico
Por Galia Arriagada Reyes
A mediados de agosto, Circo Hechizo hizo el lanzamiento oficial del proyecto El Proyeccionista, mediante un sitio web que expone vídeos del proceso creativo, entrevistas y un tráiler. Además, se encuentra el artículo El Proyeccionista. La práctica como investigación y algunas potencias emancipadoras de la activación de una relación entre el cine y el circo, escrito por Ana Harcha Cortés, este texto sustenta la base teórica y es fundamental para comprender la investigación de Tomás Kaulen, en conjunto a un equipo multidisciplinario de circo, cine y teatro, conformado por: Nelson Vargas, Eduardo Jiménez, Alain Veilleux, Ana Harcha, Simón Kaulen, Margarita Egaña, Ernesto Iturrieta; más la colaboración de: Dominga Kaulen, Daniela Ossa, Francisco Guajardo, César Guajardo, Héctor Calderón, Enrique Barría, William Luttgue, Iván Tomasevic, Valentina López, Pascuala Besa, Byron Cabezas, Pedro Villarroel, Compañía de Circo Otroarte y Taller El Litre.
La última etapa consiste en la presentación de CineCirco, espectáculo unipersonal que se basa en un proyeccionista al interior de una carpa de circo, es decir, un malabarista que tendrá que hacer proezas para exhibir un film, manipulando su proyector y una serie de objetos en función a éste.
Aunque todavía no se estrena la obra CineCirco, es interesante analizar el material de la investigación teórica-práctica El Proyeccionista para reflexionar sobre la destreza del movimiento circense y cinematográfico que habita el cuerpo del proyeccionista, a partir de la concepción de deleuziana acerca del movimiento en el cine, que remite a las teorías de Bergson publicadas en el siglo XIX, o sea, en la época incipiente del cine, ya que se remonta a la invención del cinematógrafo, quien problematiza la continuidad de las imágenes fijas o fotografías, la tecnología sobre la imagen-movimiento, de la que Gilles Deleuze despliega su filosofía y posteriormente suma su propuesta de la imagen-tiempo, pero, en este ensayo solo no enfocaremos en pensar el movimiento, con la finalidad de ver cómo se plasma en El Proyeccionista la interdisciplina entre el cine y el circo. Para ello, es necesario reconocer tres puntos:
- La revaloración del proyeccionista. Considerando que es un oficio en extinción, un rol solitario y poco visibilizado en la industria del cine.
- El malabarista. La exploración desde la práctica circense, en la creación y manipulación de diversas materialidades provenientes del cine.
- El espacio. La cabina de proyección como un lugar privado y oculto, pasa a ser visibilizado como parte de un espectáculo circense.
Una película clásica es Cinema Paradiso (1988), quienes la hemos visto recordamos con cariño a Alfredo, el proyeccionista de cine que es prácticamente un padre para el pequeño Salvatore o Toto, a quien le enseña cómo utilizar el proyector. En el presente, a causa de la digitalización, la labor del proyeccionista ya no es necesaria en los cines, por lo que es un oficio que está por desaparecer, por lo mismo, ver Cinema Paradiso ya no se trata solo de rememorar aquella época dorada del cine análogo, sino un gesto nostálgico que subraya la ausencia de proyeccionista actualmente.
Byron Cabezas, proyeccionista chileno con una extensa trayectoria, explica que su trabajo consistía en “revisar una película, parcharla, pegarla, enhebrarla, ajustar el proyector”, por lo que consiste en una técnica meticulosa, precisa y que requiere “de una atención permanente”, porque una vez que está rodando la cinta de una película, a veces surgían imprevistos, algún desajuste que el proyeccionista debe solucionar en el instante, una persona que está en constante movimiento, debe regular piezas, verificar la nitidez del encuadre, controlar la fluidez de la cinta, dentro de la cabina está atento a varios factores que influyen en la muestra de las imágenes. En contraste, el cine digital actual solo depende de un ordenador, alguien que haga un par de clicks para proyectar un film, se torna casi automático.
Un rol tan relevante en el cine moderno, actualmente a punto de disiparse, Circo Hechizo lo revaloriza como protagonista de una obra circense, con un lenguaje lúdico que se manifiesta en la disciplina del malabar. En palabras de Tomás Kaulen “el proyeccionista es el último artista de la cadena”, o sea, del recorrido que se inicia con la figura del director y la creación de una película, el proyeccionista es la culminación de la antigua industria del cine, ya que él tiene la responsabilidad de exhibir la película a público. A pesar de que se piense como un personaje secundario, en realidad, de su conocimiento y ejecución del proyector depende el éxito de la película.
En un comienzo, la investigación fue de carácter experimental, durante 4 meses fue un acercamiento a “materialidades reales de la técnica del cine: carretes, rebobinadoras, celuloides, proyectoras, ampolletas; otorgaron al circo nuevas posibilidades de pensar los objetos malabares y gestos del malabarista” (Harcha, 2020:11). La asesoría de Nelson Vargas en el Laboratorio Cronofoto fue esencial para el aprendizaje sobre fotografía, los celuloides de distinto formato, el proceso químico, el revelado, etc. De hecho, la idea originaria del proyecto nace en el Taller de Cine Expandido, impartido por Nelson en Centro Nave (2016), ya que Tomás asistió al taller y pensó “toda esa clase era un espectáculo”, en suma, a diversas experiencias que inspiraron la investigación sobre la figura del proyeccionista desde el circo. Un detalle, tanto en la Vista n° 3 como en la entrevista a Nelson Vargas del sitio web, podemos notar que Nelson viste un delantal blanco, referencia que veremos en el vestuario del Proyeccionista, ya que en el tráiler se personifica de la misma forma.
Deleuze hace hincapié en la concepción mecanicista de Bergson respecto al cine, ya que se plantea que el movimiento acontece entre intervalos entre objetos, lo que acontece entre los fotogramas, y se torna interesante pensar que aquel acontecimiento depende del proyeccionista. En primer lugar el director crea la secuencia, no obstante, el proyeccionista tiene la responsabilidad de mostrar la secuencia fluida para los espectadores, tal como lo comenta Byron Cabezas, todo lo que implica el manejo de la huincha cinematográfica.
Retomando la investigación de Circo Hechizo, primero fue un período de estudio, y luego, se da paso al trabajo físico en relación a los diversos soportes que son parte de la maquinaria, hacer malabares con carretes, la manipulación de las cintas cinematográficas, trasladar objetos, el uso de distintos implementos, etc. Se trata de una práctica que demanda entrenamiento, probar el malabarismo con piezas grandes, otras más pequeñas, algunas livianas, otras quizás más pesadas, en ese sentido, se abre un espectro de creación, ya que el malabarismo habitualmente acude a pelotas o clavas, pero, en el Proyeccionista, se enfrenta a objetos funcionales del cine que tienen otras dimensiones, son actos que se constituyen de ensayo y error para lograr el dominio del movimiento circense con piezas del cine.
Las películas de Charles Chaplin se citan de manera recurrente en el planteamiento de Deleuze, puesto que Chaplin introduce el clown en el cine, Deleuze lo llama “mimo-acción”, porque se trata de un registro de acciones, por tanto, demuestra que las imágenes ya no son fijas o inmóviles, sino que ya tienen adherida la movilidad, la cual es capturada y luego proyectada. En el Proyeccionista, la continuidad del malabarismo está sujeto al cuerpo, es ahí donde radica el movimiento circense, semejante al “mimo-acción” de Chaplin, cómo los objetos son traspasados de una mano a otra, más el juego ocupando otras zonas del cuerpo también, son filmados continuamente gracias a la tecnología actual, al ser digital ya no depende del celuloide. Por consiguiente, se diluye la teoría de Bergson que se limitaba a una mecánica del cine antiguo porque estamos viendo la acción instantánea que fue registrada en un tiempo y espacio determinado.
El malabarista personificando el proyeccionista de cine evidencia la importancia del cuerpo en el hacer, desde mi perspectiva es admirable la maestría corporal para que una función de malabares, igualmente, una película sean presentadas en su totalidad por medio de una narrativa que contiene el riesgo de algún accidente que pueda ser evidenciado por la audiencia, el malabarista de manera más explícita porque está frente al público, en cambio el proyeccionista de cine desde la cabina en privado. Circo Hechizo fusiona ambos oficios en uno, siendo Tomás Kaulen quien personifica ambos roles que podrán verse a futuro en CineCirco.
La propuesta del espacio es otra cualidad del proyecto, ya que está planificado para funciones al interior de una carpa de circo, claramente con un perímetro adaptado al espectáculo CineCirco, por ende, de una circularidad más reducida, para ver la actuación del personaje y al mismo tiempo el cine análogo. Los inicios del circo se remontan a ferias de variedades, por esta razón, hoy en día se utiliza tanto la noción de varieté, en dichas ferias también se proyectaban películas en carpas, por tanto, Circo Hechizo rescata un hábito del pasado artístico, sin embargo, en vez de tener un carácter de espera para ver una función de circo, el proyeccionista y su proyector crean la obra de circo.
En la XX Convención de Circo y Arte Callejero (2018), Tomás Kaulen proyectó películas de 16 y 8 mm dentro de la Carpa de los Oficios, la actividad estaba destinada a niños y jóvenes, ellos disfrutaron películas de Charles Chaplin: The Pawnshop, The Cure y A night in the show. Así también, el espacio contaba con una exposición de fotografías, archivos de Snoopy Patogallina, Macarena Simonetti e Ilan Oxman. Cabe señalar que era una instancia de investigación, en efecto, Tomás Kaulen solo asumió el rol de proyeccionista de cine, no de malabarista, la finalidad era mostrar películas y fotografías para que un público infantil-juvenil tuviera la oportunidad de observar otros lenguajes visuales en un contexto circense. La exposición fotográfica daba a conocer fragmentos de la historia del circo chileno, tradicional y contemporáneo, asimismo, la oportunidad de ver las películas de Chaplin establece un encuentro con el cine en su formato original y sin duda con el clown.
Circo Hechizo tuvo la capacidad de generar una apertura hacia otras artes en la carpa de circo, ver que el circo no solo se inscribe en la carpa, sino también, en la fotografía y el cine. Por otra parte, el proyeccionista de cine está a la vista del público, toda su maniobra operativa se encuentra en evidencia, ya no está oculto en cuatro paredes, de la cabina se ha trasladado con su proyector al circo, “el oficio del proyeccionista de cine puesto en acción desde el circo, podía contener la potencia de activar una fantasía milagrosa” (Harcha, 2020:11), y claro, para una convención de circo resulta mágica una pausa entre tantas funciones, para sentarse a ver una película análoga y escuchar el sonido del proyector de fondo.
En cuanto al tráiler, vemos la recreación de una cabina de proyección, se ciñe a un espacio cerrado, con una iluminación tenue y cálida, se encuentra un proyector móvil, diversos carretes, en algún momento un zootropo. El Proyeccionista nos ubica como testigos frente a un supuesto espacio personal que, a ratos es serio porque el personaje está concentrado manipulando cintas y otros artefactos del proyector, y en otras escenas se muestra gracioso cuando hace malabarismo.
Gilles Deleuze plantea que el movimiento tiene dos caras en el cine, “por una parte es lo que acontece entre objetos o partes; por la otra, lo que expresa la duración o el todo” (2010:26), es decir, la movilidad de las imágenes a partir de la reproducción de la cinta cinematográfica, la operación del proyector al darle movilidad al celuloide, a su vez, en la temporalidad que implica el manejo de diversas materialidades para la creación de una película hasta su proyección en el cine. El movimiento es el atributo del Proyeccionista, porque él tiene las habilidades de manipular su proyector y de hacer malabares con sus elementos de trabajo, permite la movilidad de las imágenes que proyectan una película y la ejecución rigurosa de la movilidad corporal que componen un todo, desde mi perspectiva, el proyecto investigativo ha sido la exploración de la destreza circense y cinematográfica en el personaje del proyeccionista de cine.
Circo Hechizo nos invita a conocer un oficio desapercibido por medio del circo, un estudio profundo condensado en el artículo de Ana Harcha Cortés y una serie de vídeos que son una ventana al proceso que se ha desarrollado desde el año 2018. Ahora que estamos en medio de una crisis sanitaria y ha predominado la virtualidad, es un momento oportuno para ver esta propuesta interdisciplinar que es auténtica y despliega nuevas posibilidades para el circo contemporáneo.
Bibliografía Circo Hechizo Sitio Web: https://circohechizo.com/proyeccionista/ Facebook: https://www.facebook.com/circohechizo/ Instagram: https://www.instagram.com/circo.hechizo Deleuze, Gilles. La imagen-movimiento, Estudios sobre cine I. Buenos Aires: Paidós, 2010. Harcha, Ana. El Proyeccionista. La práctica como investigación y algunas potencias emancipadoras de la activación de una relación entre el cine y el circo. Ediciones Circo Hechizo, 2020. Disponible en: https://issuu.com/circohechizo/docs/proyeccionista_articulo Kaulen, Tomás. Entrevista por videollamada, 12 de agosto 2020. Revisa la versión descargable PDF EL PROYECCIONISTA