Cuando comencé a crear tomé como punto de inspiración un día particular de mi  historia: “el día en que mi abuela me enseñó a tejer”, algo muy sencillo que surgió de pronto y no imaginé la fuerza creativa que emergería de ese recuerdo

Tejiendo es mi primera creación en la cual hice dirección e interpretación. El proceso creativo comenzó en el  año 2017 en Santiago y terminó el año 2020 en Pinto, el pueblo donde nací, aunque ahora sé que ese proceso duró mucho más, puesto que nace muchos años antes con el anhelo de crear una obra, que se fue desarrollando mediante ideas, dibujos, bocetos, escritos y maquetas que se fueron dando forma a lo que es hoy tejiendo.

En esta obra se concreta gran parte de la investigación técnica, expresiva y metodológica que fui acuñando durante al menos 10 años y que me permitió aventurarme para llevar a cabo esta creación.

Cuando comencé a crear tomé como punto de inspiración un día particular de mi  historia: “el día en que mi abuela me enseñó a tejer”, algo muy sencillo que surgió de pronto y no imaginé la fuerza creativa que emergería de ese recuerdo. Comencé tímidamente a trabajar con la memoria emotiva y a ligar mis cualidades de movimiento y ejercicios técnicos con el tejido y comencé a darme cuenta que todo lo que había desarrollado técnicamente una y otra vez me llevaba al tejido: la forma de ligar los movimientos, los diseños que generaban las telas en el espacio y  el gusto por hacer y deshacer las cosas cuantas veces fuera necesario hasta lograr que todo quede lo más perfecto posible.

En el proceso comenzó a surgir en mí una necesidad de conectarme con mis raíces que se fue haciendo cada vez más intensa al punto de dejar la ciudad y volver a mi pueblo natal donde todo tomó sentido y le dio un giro a la creación. Aquí sentí la necesidad de conectarme con los públicos de Ñuble, de potenciar un lenguaje escénico capaz de conectar con personas que nunca habían visto circo contemporáneo o artes escénicas y aquello que comenzó tímidamente comenzó a tomar fuerza y comencé a empujar fuerte la idea del tejido como un oficio y también como forma de conectar con mis ancestras, comencé a hacer entrevistas a tejedoras de mi pueblo y muchas de las historias que escuché comenzaba igual: “cuando era niña mi abuela me enseñó a tejer” y así me di cuenta que mi historia era igual a muchas historias y que al conectarme con el oficio del tejido y con mi abuela me conectaba con todas las abuelas que un día se habían sentado a tejer con sus nietas.

En la obra incorporé voz en off con textos poéticos creados por Daniela Marambio  y textos biográficos de mi historia y voz en off de mi hijo que relata como el tejido continúa traspasando generaciones. En la última etapa trabajé con músicos de mi pueblo: Daniela Marambio y Cristóbal Reyes que crearon las canciones y el universo sonoro y fueron relevantes para lograr que la obra tuviera un sello propio, un sello Ñublencino que se abre al mundo.

Link para ver la obra: