El Círculo Circense

Educación, politización y riesgo

Galia Arriagada Reyes

 

 

Varias referencias coinciden en que la etimología de circo procede del latín círculo, y esto se plasma en el escenario circular, donde los artistas pueden verse desde cualquier punto de la gradería, asimismo, la audiencia tiene una panorámica completa del espectáculo. Por otra parte, desde las culturas ancestrales se ha validado el círculo como una figura de unidad, por ser una instancia que reúne a un clan o una comunidad porque todos pueden distinguirse entre sí. De manera que, el circo ratifica una mirada pluralista. A pesar de que el circo contemporáneo a veces se sale del círculo para situarse en la frontalidad de la sala, todavía sobrevive la carpa como espacio escénico, tales como La Afortunada, Santa Sara, La Joyita, entre otras.

 

Por tanto, el circo es una entidad artística que resignifica la integridad, la equidad, la visión continua y compartida. Algo similar sucede cuando la prensa o la historia del arte habla del “círculo artístico”, para nombrar algún oficio de las artes, a veces con un tono académico, en otras, más bien informal. La esencia del círculo puede resignificarse hoy en día desde la perspectiva circense, preguntándonos ¿se encuentra unida la comunidad del circo?, ¿qué tan efectiva es su participación ciudadana?, ¿cuál es su presencia en las artes escénicas?, ¿cómo se configura la educación profesional?, ¿existen discursos ideológicos en escena?, ¿se manifiesta una postura política?… una suma de interrogantes que interpelan al circo contemporáneo chileno, frente a nuestra realidad actual. En concreto, desde mi punto de vista, hay un círculo circense que funciona como red colaborativa, pero que ha olvidado darle fuerza al entretejido sociopolítico, afianzar una representatividad en el medio escénico e impulsar creaciones que se pronuncien acerca de la revuelta social.

 

A continuación, propongo que el círculo circense debe fortalecer tres ejes relevantes: la educación artística, la politización y el riesgo. Con el fin de responder las preguntas anteriores y hacer una reflexión sobre el rol del circo hoy.

 

 

I. Educación

 

El circo contemporáneo se caracteriza por el surgimiento de las escuelas de circo,

acontecimiento que introduce un gran cambio, ya que el circo tradicional se trataba de un legado familiar. Actualmente, se imparten clases de circo en distintos lugares para un público aficionado: municipalidades, universidades, centros culturales, salas, carpas, parques, incluso en modalidad online. Resulta fácil encontrar espacios para el aprendizaje de una práctica circense, no obstante, prefiero acotarme al oficio, a quienes optan por la escuela con el fin de profesionalizarse. Entonces, si las escuelas ofrecen formar creadores, debiesen generar el hábito del pensamiento crítico, o sea, la capacidad exponer un punto de vista mediante la dramaturgia corporal que será escenificada. Y para eso, no basta con la victoria del virtuosismo físico, sino también, incorporar el hábito de la investigación, la lectura y escritura, que se enlazan mediante la estética de los procesos creativos, es decir, en cómo articular un discurso a partir de los elementos escénicos, que se inicia en el cuerpo y se expande a vestuario, escenografía, sonido, iluminación, el espacio público o privado, todo se vuelve un significante en escena. En resumen, que la escuela entregue una base sólida en cuanto al entrenamiento corporal y técnico, del mismo modo, un hábito teórico, además de actividades que generen el interés por dialogar, exponer ideas y discutirlas también.

Tras el estallido social del 18 de octubre del 2019, y la compleja situación en medio del estado de emergencia, la Escuela Circo del Mundo Chile impartió jornadas de diálogo para la octava generación, según la directora Alejandra Jiménez: “en las primeras semanas nos convertimos principalmente en un espacio de reflexión”, cabe señalar, que el contexto era inestable, el transporte y los horarios eran limitados, la dificultad de continuar las clases y el avance del egreso. En consecuencia, el proceso de creación de los alumnos apuntó hacia la temática de la revuelta social, que dio origen a la obra Crónica circense de un estallido, dirigido por Alain Veilleux, estrenada en diciembre del 2019. Quienes no la han visto, pueden acudir al archivo audiovisual, está en la Videoteca del Circo del Mundo desde su página web o directamente en el canal de Youtube. La obra pone en evidencia las movilizaciones sociales en una narrativa compuesta de unipersonales y muestras grupales, entre las técnicas circenses expuestas se encuentran: cuerda tensa, hula, rueda alemana, parada de manos, mástil, tela aérea y straps. También se usa el recurso vocal para manifestar testimonios, la escenografía se construye y deconstruye constantemente, y el vestuario principal fue el uniforme escolar, en representación de los estudiantes secundarios que dieron inicio al estallido social.

A fines de enero, Carolina Osses junto a Ignacio Meneses organizaron el conversatorio El rol del circo en los procesos de cambio social, en la carpa La Afortunada del Circo del Mundo, el propósito era reunir a la comunidad circense para hablar sobre la contingencia nacional y los posibles vínculos entre el circo y lo sociopolítico. Asistieron varios representantes de compañías, fundaciones y colectivos, cada uno expuso su metodología de trabajo y/o creación frente a las eventualidades como el toque de queda, las distintas restricciones, el estrés emocional, algunas problemáticas como el financiamiento, el machismo, la escasez de espacios para ensayar o entrenar. Fue una experiencia enriquecedora, ya que pudimos conocer realidades de otras regiones, cuáles eran las inquietudes de las compañías emergentes, las opiniones de quienes ya tienen mayor trayectoria el oficio. Rescato a Circocracia una dupla de la Florida que ahonda la violencia en sus creaciones y también tiene el compromiso social con sus vecinos, con énfasis, en el cuestionamiento y recuperación de espacios públicos. Por otro lado, la Cooperativa EscenaSocial es un colectivo multidiciplinar, integra personas dedicadas al circo, la danza y las ciencias sociales, ellos defienden la premisa de una gestión comunitaria en Peñalolen, por ende, arman conversatorios, muestras artísticas y talleres. Ambos casos provienen de comunas periféricas, conectan el circo en relación a sus territorios y son mediadores de reflexión.

La educación circense, con un lineamiento profesional, tiene la responsabilidad de desarrollar talentos artísticos que tengan un criterio sobre el mundo, el oficio y el campo social. La labor de la Escuela Circo del Mundo Chile se ha reinventado en sus mallas curriculares respondiendo a dichas necesidades, el área de educación artística moviliza redes, estimula saberes y encuentros, en suma, al apoyar la postura de denuncia por parte de la octava generación en su egreso Crónica circense de un estallido.

 

 

II. Politización

 

En comparación al teatro y la danza, el gremio del circo chileno no cuenta con una organización política. Si tenemos en cuenta la cantidad de coloquios, asambleas y estrategias de coordinación para adherirse a manifestaciones sociales, el teatro lo realiza desde el SIDARTE (Sindicato de Actores), y la danza, por medio de Cabildo Danza, Red Nacional Danza Sur y Trabajadoras de las danzas, en cambio el circo no tiene representatividad, se torna fragmentaria e individualista. Me refiero a que la comunidad circense responde de forma disgregada, por ejemplo los alumnos iban por su cuenta a las marchas el año pasado, o el Circo del Mundo se suma a iniciativas globales como el Cabildo Cultural de Matucana 100 o el Cabildo de las Artes Escénicas, de forma similar sucede con las compañías de circo, radica en un interés personal sumarse a las protestas ciudadanas, pero no hay un activismo político del circo, juntándose regularmente en un espacio fijo, tampoco existen tácticas de agitación artística en red, ni una organización que se dedique a generar planteamientos políticos, escribir un manifiesto, planificar intervenciones artísticas en el espacio público, o en casa con plataformas virtuales. Si bien, hay iniciativas, éstas se despliegan como focos aislados, por esta razón, hace falta una representatividad colectiva, horizontal, para reforzar alianzas en la comunidad circense, y a su vez, expresar una postura política clara, firme, argumentada.

Un reclamo habitual del circo chileno, es la clasificación de arte menor en las artes escénicas, y en parte, deriva de la poca visibilidad, su ubicación en esferas periféricas o marginales, ser un arte joven, no obstante, la raíz es la ausencia de una concentración colectiva. Cierto es, que todos se conocen en el gremio, es un círculo pequeño, sin embargo, todavía carece de una agrupación formal. En los últimos años, el circo contemporáneo ha ganado posicionamiento en salas de teatro, centros culturales, festivales de artes escénicas, carpas en distintas comunas, entonces aprovechemos esa inserción, aunque sea mínima, para poder asumir un papel en la actualidad, un discurso coherente entre todos, un compromiso político, más que mal, las situaciones de desigualdad golpean al circo también, en la precariedad, la inestabilidad laboral, el costo de implementos, entre otros. Constanza Michelson deduce “politizar el malestar”, a partir de una mirada psicoanalista de la sociedad chilena, en este despertar que tuvo el país, en mi opinión, debería repercutir en el circo contemporáneo, crear una vertiente en donde se refleje el estado social y cultural que vivimos, no digo que se dedique de forma exclusiva a una orientación política, sino que expanda el horizonte de creación, suele pasar que son ficciones que hablan de un pasado, o se polarizan al futuro, y qué pasa con el presente, hay un vacío creativo respecto a los sucesos de hoy, cuando hay demasiado material, especialmente ahora con la efervescencia latinoamericana, porque recordemos que las revueltas emergieron en distintos países, y en Latinoamérica fue un efecto compartido, por ejemplo en Ecuador, Colombia y Bolivia.

La economía global ha provocado las trampas de desigualdad en los países sujetos a la democracia, los derechos básicos como la salud y la educación resultan ser un negocio, las riquezas se concentran en un grupo reducido de la sociedad, el Estado parece ser un organismo privatizado, desprendiéndose de lo público y de sus obligaciones como tal. Matthew Taylor y Niheer Dasandi publicaron el libro ¿Falla la democracia? (Is democracy failing?), una de sus conclusiones sobre el sistema neoliberal en los gobiernos democráticos, se evidencia en que “los políticos favorecen a los ricos y perjudican a los pobres”, efecto del poder que se le otorga a las empresas mundiales y organizaciones internacionales a través de tratados de comercio, así también, el resurgimiento de regímenes totalitarios con una tendencia fascista. Hago este paréntesis sobre la democracia, para recalcar la importancia de crear discursos y una politización del gremio local, el circo no puede seguir indiferente, ni distanciado de los procesos sociales que vivimos en Chile, que sea un reto organizar la comunidad circense y presentar una postura frente a la desigualdad por medio del arte, conversatorios y publicaciones.

Un proyecto muy reciente, Hablemos de circo, está forjando espacios de encuentros virtuales para dialogar sobre el circo contemporáneo en el contexto latinoamericano, hasta el momento han realizado 8 charlas con diferentes temas, la última fue “Circo contemporáneo, un reflejo de la sociedad y medio de denuncia”, una de las expositoras era la chilena Emilia Gutiérrez que reside en Francia, en su ponencia contó que en Europa hay ciertos tópicos generales que trabajan la relación circo y política: el discurso medioambientalista, el feminismo y la tecnología. Me pregunto, y en Chile cuáles son, creo que no hay una producción suficiente para determinar un patrón o patrones, si hablamos de ecología se me viene a la mente la obra Ecosofía, sobre feminismo el proyecto de las Payasas revueltas, y en el terreno tecnológico desconozco si existe algún artista o compañía que esté experimentando soportes digitales. A todo esto, creo que una autocrítica que debe hacerse el circo es la réplica de modelos europeos, por ende, es positivo que no compartamos los mismos tópicos de aquel continente en materia política, y así proponer desde la identidad latina, o siendo más específicos, desde la mirada chilena, verlo como una posibilidad de un terreno fértil de creación, independiente de la estética extranjera, compartiendo la descolonización con países vecinos y establecer una actitud política en torno al arte circense en Chile.

 

 

III. Riesgo

 

Las diversas técnicas circenses tienen un punto en común: el riesgo, es el recurso por excelencia, produce asombro, explora posibilidades con el cuerpo. Sea circo tradicional o contemporáneo, está en la escena. Si llevamos el concepto más allá, desde lo cognitivo, se podría trazar el riesgo como un principio reflexivo en el arte circense en relación a la valentía y el atrevimiento de exponer las perspectivas o modos de ver la cultura, la política y lo social. Creo que ese componente está resuelto en lo físico, y tiene la potencia de proyectarse al contenido, a la trama, la narrativa de las obras. Que el creador circense pueda llegar a su público y que el espectador sepa qué piensa, cómo la obra se comunica con el presente, qué tendencia política está en juego, si es que la hay. La mayoría de las compañías dan un mensaje al principio o al final de la obra adhiriéndose a la contingencia, mientras que sus producciones no tienen ninguna referencia explícita. Como teórica escénica puedo hacer conexiones o puentes entre una obra y en dónde se inserta para generar reflexiones, una lectura secundaria, pero en general, veo una falta de voluntad en el riesgo de asumir un papel frente a las problemáticas políticas que nos rodean en la obra misma. A mi modo de ver, pese a que el egreso del Circo del Mundo vislumbra el estallido social, creo que roza lo panfletario, esto responde a la inexperiencia de la comunidad circense en indagar realmente los asuntos políticos, porque fue una investigación focalizada para un egreso en poco tiempo, diferente sería si se tratara de una compañía estable que se dedica a explorar lo político, a encontrar una autoría definida, que la misma constancia del ensayo y error vaya encaminando el lenguaje propio. Por lo mismo, no puedo hacer un juicio de valor severo a Crónica circense de un estallido, porque fue la presentación de una escuela, no se trata de una compañía itinerante con años de trayectoria, de manera simultánea, hay que valorar la apertura, también podría pensarse como una invitación, por parte de la obra a que el circo contemporáneo también puede comunicar acontecimientos políticos y sociales. Entonces, insisto en proponer el riesgo como una opción de tensionar la actualidad, la desigualdad, el sistema neoliberal, por medio de las técnicas circenses, ver números de circo que se atrevan a desarrollar una trama política, a denunciar, manifestar el malestar social. Así también, en temas de formato, sumar lo interdisciplinar, en conjunto a otros lenguajes artísticos como la danza, el teatro, la música, la performance, las artes mediales, etc.

Si nos adentramos en la filosofía, en breve, existe una línea de pensamiento respecto al riesgo, una de sus referentes es Anne Dufourmantelle, ella escribió Elogio del riesgo, donde lo valida como un enfrentamiento al miedo y a la muerte, que se traduce en un comportamiento de libertad, autenticidad y palpable con el acontecimiento, por su carácter impredecible, lo justifica más en lo emocional, lo psicológico del deseo. Si aplicamos parte de su teoría en el arte circense, podríamos decir que el o la artista se enfrenta al miedo constantemente desde la técnica, en su entrenamiento diario que permite mejorar su destreza y atreverse a una mayor complejidad en sus condiciones físicas, y sin los implementos de seguridad necesarios, también afronta a la muerte en las posibilidades de un accidente. En cuanto a lo teórico, reafirmo la idea de que los creadores circenses deberían arriesgarse a exponer su imaginario con una visión política, su opinión frente a las circunstancias, desafiar y confrontar la realidad chilena, al parecer, toma lugar un comportamiento displicente, pasivo y adormecido.

 

Para finalizar, el círculo circense podría situarse como una dinámica que revitalizara la comunidad del circo en Chile, educando artistas integrales, politizando el gremio y profundizando la noción de riesgo más allá del cuerpo acróbata. La Escuela Circo del Mundo dio el primer paso, apoyando el egreso que consiste en la temática del estallido social y generando instancias de reflexión tanto para los alumnos como gente externa. Sería propicio que el arte circense tuviese su propia voz dentro de las artes escénicas, una red coordinada y gestionada por la misma comunidad, que sea capaz de sostener una postura política realizada en colectivo, delegando actividades, representantes, comisiones de trabajo, etc. También la invitación a pensar la técnica circense en base al riesgo, desde lo corporal y discursivo, si eres artista circense cuestiónate el riesgo en tu vida, en tu práctica, en el empoderamiento, arriésgate a decir lo que piensas, que no se limite en ir a marchas o compartir noticias en redes sociales, ojalá cuestionarlo con seriedad, saber con qué te identificas y cómo presentarlo. Se trata de una invitación a que seamos partícipes de la contingencia nacional, que formemos un círculo mirándonos a la cara, reflexionando juntos, dialogando, debatiendo, intercambiando ideas, cuestionando las prácticas sociales y circenses.

 

 

Bibliografía 

  • Dasandi, Niheer. Taylor, Matthew. ¿Falla la democracia?, Barcelona: Blume, 2020. 
  • Dufourmantelle, Anne. Elogio del riesgo, Argentina: Paradiso Ediciones, 2015. 
  • El rol del circo en los procesos de cambio social, conversatorio a cargo de Carolina Osses e Ignacio Meneses el 22 de enero del 2020. Resumen del conversatorio, vía correo electrónico, recibido 13 de marzo del 2020. 
  • El Mostrador. Circo del Mundo celebra 25 años de labor social y profesionalización del arte circense. 18 de abril 20202, Visto en: https://www.elmostrador.cl/cultura/2020/04/18/circo-del-mundo-celebra-25-anos-de-labor-social-y-profesionalizacion-del-arte-circense/
  • Hablemos de circo, un espacio virtual de diálogo y reflexión. Circo contemporáneo, un reflejo de la sociedad y medio de denuncia. Transmisión vía streaming por Instagram, Facebook y plataforma Zoom, 20 de abril del 2020. 
  • Michel Guy, Jean. The contemporary circus. Visto en: https://cirque-cnac.bnf.fr/en/contemporary-circus
  • Michelson, Constanza. Hasta que valga la pena vivir, Santiago: Editorial Planeta, 2020.
  • Octava generación Escuela Circo del Mundo Chile. Crónica circense de un estallido. Centro Cultural San Joaquín, 5 de enero 2020. 

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