Creadoras del Nuevo Circo

Por Romina Olivares 

 

   Hoy por hoy se debe hablar sobre la importancia de la mujer dentro de la sociedad. Y digo importancia porque la mujer más que sobrellevar un rol, se ha empoderado de ella misma, de creer, hacer, decir y sentir desde la desconstrucción de paradigmas impuestos por un sistema patriarcal arrastrado por siglos.

Si nos ponemos a analizar sobre los espacios en donde la mujer se ha vulnerado a lo largo de la historia e incluso invisibilizado es el ámbito de las artes. Creyéndonos solo musas inspiradoras y no creadoras, ni artistas como tal.

Si lo contextualizamos dentro de las artes circenses, como espectadora y testigo, he podido analizar algunos puntos controversiales respecto a un discurso feminista, quizá, en comparación a una puesta en escena clásica.

¿A qué me refiero con esto? En el imaginario colectivo, al pensar en una artista circense (de cualquier especialidad/técnica) se ve a una “mujer perfecta”, pestañas largas, maquillaje extravagante, peinados el cabello largo, mucho brillo en general; incluso si pensamos en sus técnicas lira, telas, acrobacias artísticas, etc. Lo que no dice que estuviese mal, si no que pone en tensión esa femineidad construida durante años a razón de un discurso feminista de poder mostrar a una mujer real antes de la “ideal”.

Por lo mismo, dentro del circo existe un punto rupturista que se podría implementar y masificar aún más, el clown, donde un payaso nos hace sentir, reír y reflexionar desde su propia visión del mundo. Por lo que, como espectadora, el tema de haber visto en mi vida solo dos payasas, y con papeles secundarios ha llamado fuertemente mi atención.

Investigando sobre esta temática, he llegado a conclusiones en que en la historia de las artes visuales y escénicas se invisibiliza a las mujeres payaso o payasas mujeres. Tipologías que describe Melissa Lima en el 2014, en la cual la primera haría referencia a mujeres que desarrollan su personaje desde lo “masculino” o que no tienen dificultad en desarrollarlo desde ahí, probablemente porque no tienen referentes “femeninos” desde la payasería; Y la segunda, hace referencia  a las mujeres que asumen una condición femenina y exploran el humor desde esa perspectiva, visibilizando a la mujer desde el oficio de payasa y criticando el machismo relacionado con el mundo del payaso.

Otro punto por discutir es sobre la doble labor que tiene la mujer dentro de la sociedad, trabajamos y llegamos al hogar a seguir con labores domésticas, que en la mayoría de los casos se idea desde la conciencia colectiva como un espacio obligatorio de la mujer.

Esto mismo llevado al mundo del circo se observa esta doble labor, donde se comienza como artista y creadoras haciendo asimismo el trabajo de producción, gestión e incluso promocionar sus propios proyectos. Somos multifacéticas y multifuncionales, que quizás por tener arraigado el validarse frente a otres no cuestionamos estas acciones.

Es por esto a que invito desde nuestro entorno y corporalidad a poder realizar activismo de nuestro discurso, de poder equiparar los cargos tanto en el hogar como en las carpas de circo, que esto no va solamente a lo individual, sino que, a la colectividad, pues pensamos en la doble labor de trabajo-hogar sumemosle el creadoras-productoras-hogar. Utilicemos al circo social como herramienta de socio-educación y resistencia social, para comenzar a co-crear espacios seguros para nosotras, en donde seamos artistas y no solo pensemos en mejorar técnicas o metodologías, sino que también podamos mejorar como personas.


Referencias:

Lima, M (2014) Payasas/ women clowns. Facultad de Bellas Artes, Universidad de Barcelona

Castro, Alice Viveiros de (2005) O elogio da bobagem: palhaços no Brasil e no mundo. Rio de Janeiro, Editora Família Bastos.


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