Pensando Circo: María López

Mudar Espacios El lugar como oportunidad escénica para el circo

 

Este proyecto nace a partir de una puesta en duda de la forma de entender el espacio escénico en las artes escénicas y concretamente, en el circo. Surge como una necesidad de renovación del arte. Dicha renovación se agudiza aún más cuando hablamos de circo, donde mayoritariamente se trabaja en torno a una técnica muy específica, para todos la misma, y lo que diferencia a un número de otro o a un artista de otro, es este desarrollo artístico que debe ser innovador a la par que interesante. Con esta propuesta pretendemos adaptar la técnica circense a nuevos espacios de representación. Esto conlleva plantearse, por ejemplo, ¿qué necesita un espacio para poder ser un escenario? o ¿acaso todos los lugares pueden ser escenarios? Si bien no existe una única respuesta, apostaremos por la posibilidad de que cualquier espacio puede ser intervenido por una acción escénica incluso si este no ha sido diseñado para ello. Resultado del nuevo espacio, surge un nuevo espectador y, a su vez, una nueva red de relaciones que invierten en la unidireccionalidad del sujeto que recibe. Observamos como lateralmente se pone en crisis el propio artista de circo al encontrarse con que su discurso se ve corrompido por su cuerpo, que constituye, a su vez, su herramienta de trabajo. Por esta razón se considera al circo como el arte escénico de la inmediatez, el cual genera un atractivo que satisface las necesidades de una sociedad en la cual se consume la imagen antes que el contenido del discurso. A través del recorrido de varios autores sobre el concepto del espacio escénico, establecemos un puente poético entre la teoría y la práctica.

 

A continuación, analizaremos detalladamente los términos de lugar y espacio desde una perspectiva más conceptual, gracias a las teorías de Michel de Certeau y Marc Augé. Observaremos cierta relación entre los no lugares que propone este último y la teoría de Peter Brook (uno de los grandes renovadores del espacio escénico) sobre los espacios no convencionales de representación.

 

La Invención de lo Cotidiano de Michel de Certeau.

 

Según Michel de Certeau en su obra La invención de lo cotidiano 1. Artes de hacer (1990), existen diferencias entre los conceptos de “lugar” y de “espacio”. Para diferenciarlos establece dos definiciones.

 

Para empezar, partimos del significado de “lugar” como un conjunto de elementos que coexisten con un determinado orden y cada uno de ellos ocupa un sitio propio. Un “lugar” se convierte en “espacio” cuando se tienen en consideración los vectores de dirección, la variable del tiempo y la velocidad. Es decir, cuando se crea una dinámica a partir de uno o varios elementos móviles dentro del lugar.

 

En suma, el espacio es un lugar practicado. De esta forma, la calle geométricamente definida por el urbanismo se transforma en espacio por intervención de los caminantes. Igualmente, la lectura es el espacio producido por la práctica del lugar que constituye un sistema de signos: un escrito. (Certeau, 1990, pág. 129).

 

Relacionando esta teoría con nuestra premisa, podríamos decir que el denominado “escenario” puede entenderse como “lugar” o como “espacio”. El escenario como lugar sería la plataforma física o la estructura donde van a acontecer, una serie de acciones dramáticas. Implicaría toda la estructura técnica, las luces, el equipo de sonido, el atrezo, etc. El escenario como espacio comprendería la acción dramática, un dinamismo del lugar, la práctica de este, los artistas que realizan la obra rompen con el lugar para convertirlo en espacio. Existe espacio mientras exista movimiento, por lo tanto, el escenario como espacio se convierte en un fenómeno efímero que comienza cuando empieza la obra y termina con el cierre de esta. El lugar perdura en el tiempo y el espacio desaparece.

 

El escenario clásico como lugar, carece de sentido cuando finaliza el espacio, esto es, cuando finaliza la acción para la cual ha sido diseñado. Tiene una única utilidad que viene dada como espacio y no como lugar. Sin embargo, si destruimos ese escenario y lo trasladamos a otro lugar cuya finalidad no se corresponda con la de representar una obra, el lugar permanecerá antes y después de la acción y continuará cobrando sentido más allá del que tuvo en el momento de la representación. De esta forma, estaríamos trasladando un lugar y transformando un espacio durante un periodo de tiempo. Por ejemplo: nos trasladamos del escenario convencional a una parada de tren, y transformamos el espacio de la parada de tren, que en ese momento es habitado por tránsitos de diferentes personas con diferentes rumbos, en una acción dramática que nos cuente una determinada historia, el número circense.

 

También podríamos decir que en el momento de la acción dramática conviven dos espacios de manera simultánea: los pasajeros que se encuentran esperando el tren y los artistas circenses que desarrollan su número. Sin embargo, estos últimos se hayan interviniendo el lugar, relacionándose de otra manera con este.

Los no Lugares de Marc Augé.

 

En la sociedad contemporánea el término “espacio” está poco diferenciado, su uso es válido en multitud de situaciones, por poner algunos ejemplos: el espacio público, el espacio aéreo, espacio publicitario, espacio personal, etc. Esta manera de nombrar los lugares nos ofrece una idea de los motivos temáticos que se dan en la época contemporánea (la publicidad, el ocio, la importancia de la imagen…). Nos hemos convertido en consumidores de espacios.

 

Aparecen entonces para Marc Augé (1992) los “no lugares”, fruto de la sociedad contemporánea, ya que estos no se encontraban en la antigüedad. Para definirlos hay que tener en cuenta dos variables: que sean espacios diseñados para ciertos fines (comercio, ocio, transporte…) y la manera en la que los individuos se relacionan con esos espacios. Cuando el individuo entra en un no lugar su identidad se disipa y su existencia se limita al momento presente, a cumplir un objetivo normalmente a corto plazo, todo su pasado o sus intenciones de futuro permanecen con él, pero su entorno del momento lo aleja de manera temporal de todo eso. Son, como el propio título del libro indica, espacios del anonimato, donde personas en tránsito deben instalarse durante un tiempo.

 

El espacio del no lugar no crea ni identidad singular ni relación, sino soledad y similitud.

 

[…] Allí reinan la actualidad y la urgencia del momento presente. Como los no lugares se recorren, se miden en unidades de tiempo. Los itinerarios no se realizan sin horarios, sin tableros de llegada o de partida que siempre dan lugar a la mención de posibles retrasos. Se viven en el presente. (Augé, 1992, pág.107).

 

Para Marc Augé, estos espacios surgen en lo que él llama la “sobremodernidad” que la define como una realidad en la que predominan las tres figuras del exceso: la superabundancia de los acontecimientos, la superabundancia espacial y la individualización de las referencias. (1992, pág. 112). Esa “sobremodernidad” a la que alude Augé en 1992 no se aleja nada de la situación de nuestra sociedad en 2022, donde reina el capitalismo y el consumismo que conllevan a su vez una superproducción de bienes y una desacreditación de lo que no está considerado “útil” a nivel productivo como, por ejemplo, las artes.

 

¿Qué pasaría si introducimos las artes en estos “no lugares” ?, ¿qué pasaría si realizamos un número de circo en la sala de espera de un aeropuerto?, ¿o a la entrada de un supermercado? Estaríamos, según la teoría de Augé, practicando el espacio, pero esa práctica no se correspondería con la establecida para ese “no lugar” como lo sería, por ejemplo, la acción de esperar en un andén del tren, por lo que, en definitiva, estaríamos rompiendo con el discurso de ese espacio.

 

Durante un tiempo los individuos se vuelven vulnerables al espacio. Si realizásemos esa misma performance en el escenario de un teatro, al público no le parecería nada extraño, sin embargo, la misma acción es perturbadora si la ejecutamos en un lugar no destinado para ello, aunque el contenido sea el mismo. Una acción causa diferentes reacciones en función del lugar donde se realice. Se crea una expectación espontánea sin necesidad de estructuras que realcen el número, la curiosidad reina el ambiente, el público anónimo y desorientado y el artista jugando con la incertidumbre. Como decía el mismo Paul Valery en el prólogo de Modernidad Líquida:

 

La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes sólo se alimentan […] de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados […] Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto. (Bauman, 2000, pág. 7)

 

Si nos damos cuenta, dentro de los mismos “no lugares” hay cientos de mensajes que tienen su raíz en los “lugares” a los que los individuos aspiran alcanzar o en los que tratan de construir una parte de su vida. En los “lugares” te encuentras con uno mismo mientras que en los “no lugares” prima la ley del narcisismo: “hacer como los demás para ser uno mismo.” (Augé, 1992, pág. 109). Es un pensamiento estático y en cierto modo una forma de “supervivencia” por miedo a ser rechazado en un grupo tan grande como la sociedad que nos rodea las veinticuatro horas del día. A través de este proyecto se pretende “humanizar” los “no lugares”, entre otros objetivos, es decir, encontrar una identidad en ellos a través de la sensación. La sensación es algo inescapable a nuestro dominio, es una reacción a una acción que simplemente sucede y la sentimos tanto de manera física como psicológica. El circo es un espectáculo de sensación y se utiliza ésta como herramienta para llegar al público, para transmitir un mensaje.

 

En las jornadas de dramaturgia de La Central de Circ que tuvieron lugar en Cataluña Vivian Friedrich, una de las organizadoras recalca:

 

Defino la sensación como un estado de alerta y de escucha entre estímulos corporales y mentales donde el pensamiento lógico y analítico desaparecen. Estas sensaciones pueden nacer de una causalidad o de una reacción física. En mi opinión la investigación de las sensaciones puede ser una herramienta importante para llegar a una dramaturgia de circo contemporáneo coherente, para llegar a unir conceptos corporales y conceptos mentales. (2017)

 

Para finalizar vamos a establecer breves conclusiones en función de tres conceptos: el tiempo en todas sus vertientes de entendimiento, la relación con el espectador y lo relativo al espacio como oportunidad escénica (relación artista-espacio). Comenzando por el concepto de tiempo, observamos que es necesario un periodo de interacción con el espacio para poder entender lo que nos ofrece, comprender su diseño arquitectónico y aprovechar al máximo su figura, así mismo influyen el tiempo atmosférico y la franja horaria en la que acudamos al lugar, ya que, en función de esta, podría estar más o menos concurrido o podría haber otras actividades ocurriendo al mismo tiempo.

 

La relación con respecto al espectador tiene un pilar básico que es la intención de este. Cuando realizamos una acción escénica en un espacio no convencional, es el propio entorno el que convierte al espectador en su rol de espectador. Por lo tanto, podemos afirmar que se trabaja con la mirada de un espectador no consciente de su naturaleza de espectador y que no tiene la obligación mínima de pararse a mirar lo que sucede.

 

Y para finalizar, la relación del artista con el nuevo espacio lo conduce a un proceso de desconstrucción-adaptación, es decir, una deconstrucción de su técnica y de la perspectiva previa sobre el espacio escénico para lograr una adaptación de estos a unas nuevas circunstancias.

Por: María López 

Referencias Bibliográficas

Libros

Augé, M. (2000). Los no lugares: espacios del anonimato: una antropología de la sobremodernidad. (M. Mizraji. Trad.). Barcelona: Gedisa. (Obra original publicada en 1992).

Bauman, Z. (prólogo de Valery, P.). (2002). Modernidad Líquida. (J. Arrambide Squirru y M. Rosenberg, Trad.). Argentina: Fondo de Cultura Económica de Argentina. (Obra original publicada en 2000).

Certeau, M. (2000). La invención de lo cotidiano 1. Artes de hacer. (A. Pescador, Trad.). México: Iberoamericana. (Obra original publicada en 1990).

Conferencias

Friedrich, V. (10 de octubre de 2017). 1ª Jornada: ¿Qué es la dramaturgia? [Resumen de la presentación de la conferencia]. Jornadas de Intercambio de Dramaturgia y Escritura Escénica. La Central de Circ, Barcelona, España. Recuperado el 28 de enero de 2021 de: http://www.apcc.cat/media/upload/arxius/Activitats-SocisAPCC/2017/jornada%20dramaturgia%20vivian%20friedrich.pdf

 

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